Buenos Aires (ABA).- Todo comenzó como un experimento, casi como una aventura. Y hoy es un éxito que llama la atención dentro del mundo cibernético. "Taringa! es el lugar donde millones de personas comparten lo mejor y más interesante de internet", le dice Hernán Botbol a "Río Negro" a modo de definición de esta web que cuenta con más de un millón de miembros permanentes y está dentro de las 200 más visitadas del mundo.
Los dueños de Taringa! son tres chicos menores de 30 años: Alberto Nakayama (27) y los hermanos Botbol (Matías -29- y Hernán -26-). Como suele ocurrir con los grandes fenómenos que asoman, Taringa! genera polémica. Sus detractores le buscan un costado ilegal a la modalidad de compartir contenidos dentro de una comunidad virtual. El terreno es, al menos, pantanoso. "Es un sitio de intercambio de contenidos. Cada uno sube lo que quiere compartir con otros. No hay más secretos", señala Matías Botbol.
Según la interpretación de los tres socios, "no existe delito" porque "hay un intercambio entre particulares sin dinero de por medio". El funcionamiento del site -que integra el top ten de los más visitados en la Argentina- consiste en que los dueños de cualquier elemento transferible por la red (música, videos, fotos, etcétera) que deciden compartirlo lo suben en taringa.net. Así, sin que medien autorizaciones ni permisos y de forma gratuita, quedan al alcance de cualquier usuario películas, discos, juegos, claves para programas, libros y software, entre otras tantas cosas. Los socios aseguran que aún no recibieron ninguna denuncia y comentan que cuando aparece alguna queja "se le explica al que se siente afectado la manera de eliminar el contenido, aclarándole que tiene que ir más allá de Taringa!".
Aventura exitosa
En el 2004 Fernando Sanz era un aprendiz en programación. Inquieto, iba volcando sus conocimientos en el desarrollo de Taringa!, un site que no tenía una orientación definida. Del otro lado tres amigos vislumbraron algo interesante aunque -aseguran- nunca hicieron un plan de negocios. Nakayama y los hermanos Botbol eran los dueños de la empresa de hosting que alojaba a Taringa!. En el 2006 Sanz viajó como mochilero a Centroamérica. Estaba desconectado y, también, cansado del sitio porque le resultaba difícil mantenerlo. "Prefirió desprenderse y nosotros decidimos seguir con el proyecto. En noviembre del 2006 empezó una reestructuración desde cero (programación, diseño, funcionalidades) y en marzo del 2007 fue lanzada la nueva versión", cuenta Hernán Botbol sin dar detalles de números.
En ese mar de contenidos que es la red Taringa! busca constantemente la manera de diferenciarse. Desde su escaso diseño hasta la practicidad del sitio todo está pensado en función de la demanda del usuario, que es quien postea todos los contenidos. A su vez, existe un sistema de puntaje que motiva a publicar material atractivo.
"Para muchos Taringa! es la primera o segunda opción a la hora de buscar algo en la web. Además los motores de búsqueda como Google encuentran sumamente amigables a los sitios que constantemente se están actualizando y que contienen mucha información", cuenta Nakayama.
El menor de los Botbol no duda al momento de especificar dónde radica el éxito de Taringa!: "A mi entender en varios puntos que generan sinergia. Es una comunidad en la que el usuario es el protagonista porque genera el contenido, elige lo mejor, vota, selecciona e interactúa constantemente. El usuario es el sitio".