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Una inversión que pone en el tapete las carencias | ||
La irrupción de Emprendimientos Mineros en escena no hizo más que transparentar las carencias económicas, sociales y culturales de esa zona del norte neuquino. Como ninguna, es una zona marcada por las diferencias. "Yo quiero que se explote la mina, tengo hijos y quiero que se vayan a estudiar a Neuquén, que sigan una carrera universitaria, que no terminen acá", aclara un empleado de la municipalidad de Loncopué mientra marca el ritmo de sus palabras con el dedo índice. A unas cuadras, en la capilla de la ciudad, un grupo de vecinos, con el cura José María D´Orfeo a la cabeza, arremete contra la intendencia del Walter Fonseca. Hablan de que el MPN "jamás tuvo políticas de crecimiento para Loncopué" y que por ese motivo "miles de jóvenes prefieren quedarse con el subsidio en vez de buscar el crecimiento". En esta localidad las horas de siesta parecen eternas y sólo las calles que rodean al edificio municipal salen un poco de ese sopor. Un grupo de chicos juega al fútbol; otro, un poco más allá, toma cerveza en las puertas del cementerio. Ese es el ritmo pueblerino que de alguna forma se teme perder. "El gran miedo es la contaminación, pero también que esta zona se transforme en esos lugares repletos de cabaret, prostitución, alcohol", se quejan desde AVAL. Fonseca dice que si la mina se explota y llegan contingentes de foráneos, protegerá "a ultranza la vida social" de su ciudad; siempre poniendo el acento en la generación de empleo. 15 kilómetros al sur, en la estancia Las Tres Marías, Paola Costa y su madre Lorreine Creasce se quejan porque "las políticas perversas han logrado que la gente no se interese por trabajar, y se conforme con un subsidio de 150 pesos". Según las mujeres, "son contados con los dedos de una mano los vecinos de Loncopué que han querido trabajar la cosecha (de frambuesa) aquí. Entonces, ¿alguien se imagina a esa gente trabajando en una mina?", preguntaron. | ||
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