Domingo 07 de Diciembre de 2008 Edicion impresa pag. 43 > Cultura y Espectaculos
Fiesta de cuentos para celebrar la palabra

NEUQUÉN (AN).- "Con agüita de cuentos" es un manojo de historias hilvanadas que celebran la palabra, un lugar donde Elsa, Hugo, Alicia, Peti, María, Sonia y otras mujeres y hombres se encuentran porque necesitan contar relatos, con pasión, contra un mundo tan bombardeado de imágenes y para presentar otras formas de conectarse con la realidad, con los otros, con ellos mismos.

Apasionados por la oralidad, buscadores de historias en libros y bibliotecas propias y ajenas, los cuentacuentos neuquinos han decidido terminar el año con una contada colectiva de variada coloratura. Hoy en la sala teatral Ámbito Histrión (a las 21) dejarán historias de Mamerto Menapace, Analía Velilla, Fontanarrosa, Willie Arrué, Garzón Céspedes, Julio Cortázar, Graciela Cabal, Rodríguez Pappe, Alejandro Dolina, Julia Otxoa, Liliana Cinetto, Mario Benedetti y Cristina Ramos.

Luego de un año productivo llevando la palabra por distintos ámbitos (bibliotecas, hospitales, cárceles, teatros), fortaleciéndose en un trabajo en red que reúne a más de ocho grupos (con un promedio de tres integrantes cada uno), los "cantacuentos" -como los llama Eduardo Galeano- se juntan en un espectáculo "generador de varios climas" donde a lo largo de una hora y media no faltan el humor, el amor ni el existencialismo de la vida.

Allí estarán los narradores de los grupos Caretas, Bíblicas y Mundanas, Picardía, Las Monalisas, Encuentro Transitorio, Queme Contursi, Alboroto y algún que otro invitado, todos lectores voraces que necesitan saltar de un autor a otro, hacer un trabajo de "respetuosa traducción" de los textos y alimentarse de historias que los emocionen, los hagan reír y pensar a sí mismos antes de pretender hacerlo con los otros.

El movimiento de cuentacuentos en esta ciudad, además de haber ganado un auténtico reconocimiento del público, en los últimos cuatro años se consolidó como aglutinante de verdaderos luchadores de la palabra, "cada uno con su personalidad, con su intención para abordar los textos", dijeron Elsa y compañía. En cada temporada se organizan y programan un calendario de contadas anual, con espectáculos de narración oral tanto para niños como para adultos. Lo hacen de manera que no queden huecos en la grilla mensual, transitando por la literatura como verdaderos puentes entre los autores y el público, a sabiendas de que las historias son las protagonistas y ellos, el medio para transmitirlas.

"Entre la vorágine de las imágenes la palabra es un relax. Incluso a veces pasa que alguien del público no va predispuesto pero después de escuchar las contadas sale renovado, diferente", reflexionaron los narradores. De allí que la palabra se constituya en fuerza transformadora de la realidad, tal como quieren sus inspiradores. Y esto no es cuento.

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