ZAPALA (AZ).- Un grupo de inspectores del área de Bromatología de esta ciudad denunció haber sido rociado con combustible por un comerciante irascible, que se negaba a permitir que realizaran una inspección en su local.
Los trabajadores aseguran que esta persona amenazó con prender fuego el negocio con ellos adentro con tal de evitar que le secuestren una serie de mercaderías cuya fecha de vencimiento ya había caducado.
La providencial intervención de un oficial de la policía neuquina evitó el desastre y calmó los ánimos.
De todas maneras, los agentes municipales advirtieron su preocupación porque que este tipo de agresiones no son nuevas en su ámbito laboral.
En este sentido, reclamaron mayor protección pero sobre todas las cosas más conciencia a los vecinos de la ciudad sobre la importancia de la tarea de control que llevan adelante y el respeto que merecen como trabajadores.
Insultos desde el principio
De acuerdo a la exposición que los empleados radicaron ante la comisaría 22 y luego ampliaron en diálogo con "Río Negro", el hecho se produjo esta semana en un local comercial ubicado sobre la avenida Avellaneda.
Los inspectores ingresaron al local para realizar un monitoreo de rutina y -de acuerdo con su relato- a partir de allí comenzaron a ser hostigados verbalmente por el propietario.
El conflicto se desató cuando descubrieron la existencia de "productos vencidos y adulterados" e intentaron secuestrar la mercadería.
"En un momento desapareció pero al rato volvió con un bidón de gasoil y empezó a rociar la mercadería y también a nosotros" contó una de las mujeres que participó del operativo.
"Nos decía que iba a prender fuego todo y preguntaba por dónde queríamos que empiece" agregó uno de los agentes municipales.
En medio de la tensión, uno de los trabajadores llamó a la policía y la rápida llegada de los uniformados evitó que la cosa pasara a mayores.
Los efectivos lograron contener al comerciante hasta que declinó en su intento de agresión.
Finalmente, los inspectores se llevaron la mercadería que previamente habían precintado.
"En todo momento nos siguió insultando" agregó la denunciante quien reveló que el comerciante llegó a decir "le tendría que haber hecho caso a mi hermano que me decía que cierre el negocio y me dedique a la política, soy un pelotudo".