INGENIERO JACOBACCI (AJ).- Con una canción en lengua mapuche y emotivas palabras, familiares, amigos y vecinos de esta ciudad despidieron ayer los restos Rodolfo Magín Casamiquela quien fue sepultado en el cementerio local.
La muerte del investigador y científico, generó una gran consternación en Jacobacci, su ciudad natal. Por eso luego de que llegarán sus restos, alrededor de la 5 de la madrugada de ayer, para ser velados en la Cooperativa de Aguas y Otros Servicios, numerosos vecinos comenzaron a acercarse para darle el último adiós y saludar a los familiares y amigos. Falleció el viernes a los 75 años en un Cipolletti.
Quienes lo conocían destacaron en él su sabiduría, amabilidad y su hombría de bien.
Rodolfo Magin Casamiquela había nacido en Ingeniero Jacobacci, el 11 de diciembre de 1932. Su padre, René, se había radicado en esta ciudad en 1928 para trabajar como gerente en la barraca de lanas de la firma Peirano Hermanos, hoy ya desaparecida.
Cuando tenía 16 años, con algunos cráneos y puntas de flechas y otros hallazgos durante su niñez, le propuso a su tío Jorge Gerhold, abrir un museo en una de las habitaciones de la casa que su familia ocupaba en la avenida San Martín al 300. En 1949, fundó el Museo Naturalístico, Antropológico e Histórico de Jacobacci al que le puso el nombre de Jorge Gerhold, en homenaje a su tío, aunque siempre quiso llamarlo "el museo del pueblo". Con el paso de los años, el museo se convirtió en uno de los más importantes de la Patagonia.
A pesar de que se había radicado en otra ciudad hace muchos años, tenía en Jacobacci numerosos amigos y compañeros de aventuras y recorridas por la zona en busca algún objeto valioso que pueda adornar las vitrinas del museo. Por eso dos o tres veces al año se daba una vuelta por "su" Jacobacci, como le gustaba decir, para visitarlos y compartir con ellos un buen asado y un vino para recordar viejas anécdotas.
Cerca de las 11:30 de ayer y escoltado por una larga fila de vehículos, el cortejo fúnebre partió desde la sala velatoria hacia el cementerio local. Numerosos vecinos se acercaron a despedirlo y acompañar a su esposa e hija, y a su hermano René, a amigos entrañables de Casamiquela como el escritor Elías Chucair, a quien se lo vio muy acongojado.
Las palabras de despedida fueron tan emocionantes como elocuentes y sobraron los calificativos para describir a una persona que tenía una gran sabiduría y que dedico su vida a la investigación dejando un gran aporte a la humanidad. Doña Julia Nahuelquir, una anciana indígena de 96 años, lo despidió con una canción en lengua mapuche. Con la voz quebrada y largas pausas por la emoción, el intendente Carlos Toro, señaló "no es fácil despedir a un amigo. Se nos va un hijo de este pueblo que ha hecho mucho por la humanidad y que nos deja muchos sueños y proyectos? lástima que no los vamos a poder compartir". Por su lado una amiga e integrante de la Asociación Amigos del Museo, resaltó las cualidades del Casamiquela, padre, amigo, compañero e hijo de Jacobacci. "Nos dejaste un legado muy importante y vamos a defender el museo en tu memoria" prometió. Un fuerte y sostenido aplauso cerró la ceremonia luctuosa.