Los precios de la soja y el petróleo no encuentran un piso en el mercado, debido a la recesión mundial que deprime su demanda. Ayer, los valores del crudo cerraron cerca de los 40 dólares por barril, cayendo otro 24% en la semana y mostrando una baja del 73% respecto de sus máximos logrados en julio de este mismo año.
Los analistas atribuyen las bajas cotizaciones del crudo a las malas perspectivas de la coyuntura internacional, la caída de la demanda y el fuerte aumento en la tasa de desempleo en Estados Unidos. (Ver página 23)
Los efectos de un petróleo barato sobre las arcas de las provincias hidrocarburíferas de la Argentina, así como también sobre las del Estado nacional, son negativos.
Por un lado, las regalías que perciben las administraciones provinciales se verán resentidas (el 40% de los ingresos neuquinos depende de estos recursos, a lo que hay que sumar ingresos brutos que grava a la actividad). Algo parecido se observará sobre los ingresos que percibe la Nación a través de las retenciones por las exportaciones de este tipo de productos.
Por el otro, las inversiones comienzan a posponerse ya que no resultan rentables ciertas áreas para explorar, cosa que sí ocurría con un petróleo por encima de los 70 dólares y con expectativas de liberar los controles internos.
Es decir, los efectos directos se concentran en menores recursos para las provincias y la Nación. Los indirectos: menos inversiones y caída de puestos de trabajo a futuro.
En lo que respecta a los granos, las cotizaciones del trigo, maíz y soja retrocedieron a niveles de fines del 2006. Los precios de los principales granos volvieron a hundirse también debido a la creciente desaceleración de la economía global que generaría una fuerte baja en la demanda.
Los valores de la soja rompieron ayer la barrera de los 300 dólares la tonelada, para cerrar ayer en 287 dólares.
Aquí, son los recursos nacionales los que se verán seriamente resentidos, ya que la solidez fiscal de la administración K depende pura y exclusivamente de los ingresos obtenidos a través del comercio exterior.
Al 30 de octubre, por estos tributos el fisco nacional llevaba recaudado algo más de 31.000 millones de pesos, valor equivalente el superávit primario de caja que presentan hoy las cuentas del Estado nacional. De mantenerse los precios de los granos y el crudo en los actuales niveles, para el 2009 la administración central dejará de recaudar alrededor de 18.000 millones de pesos.
Este escenario complicará aún más las necesidades de recursos que tiene el gobierno nacional para poder hacer frente a los compromisos externos que vencen el próximo año, los que se ubican en torno de los 19.800 millones de dólares.
(Redacción Central)