"Hello Buenos Aires". Madonna demoró media hora en arrancar anoche el primero de sus shows en Buenos Aires. Pero a los 66.000 fanáticos que llenaron el estadio de River Plate no les importó demasiado. Cuando sonaron los primeros acordes de "Candy Shop" y la demorada gira de "Sticky & Sweet Tour" marcó su comienzo, el publicó la ovacionó.

Sentada en un sillón con un gran despliegue de bailarines, pantallas y luces, la diva demostró desde el principio por qué ella es la reina del pop. Después llegaron "The Beat Goes On" y, para el tercer tema, "Human Nature", se calzó un sombrero blanco mientras en las pantallas pasaban imágenes de su protegida Britney Spears, Pharrel Williams y Kanye West. Luego, un DJ subió a escena para "Into the Groove" mientras Madonna salía para su primer cambio de vestuario.

El repertorio y los movimientos sobre el gigantesco escenario fueron exactamente los mismos que los de los otros shows de esta gira. Sólo que Buenos Aires se convertirá en el escenario elegido para la grabación en vivo de su DVD. Una suerte de regalo para los fans que supieron esperar la demora de 24 horas del show por los desperfectos técnicos de un avión que no llegó a tiempo. Ella envió personalmente una carta a sus seguidores, que fue difundida ayer: "Estoy muy decepcionada por haber tenido que cancelar mi show. Cuando me enteré que debido a la demora en los vuelos mis equipos no llegarían a tiempo, lloré". En cualquier caso, ayer quedó claro que sus fans la disculparon y disfrutaron con ella.