MADRID (DPA) - Miles de personas expresaron ayer en silencio su rechazo a ETA en concentraciones frente a los ayuntamientos de toda España y condenaron el atentado que el miércoles costó la vida a un empresario en el País Vasco, en el norte del país.
Dos terroristas dispararon contra Ignacio Uría en la localidad guipuzcoana de Azpeitia. Allí tuvo lugar ayer la concentración más emotiva. Unos 300 de los más de 400 trabajadores de la empresa Altuna y Uria, de la que era fundador y directivo, se reunieron a 20 metros del lugar en el que fue asesinado. Otros cientos de personas los arroparon.
En el resto de España, miles de ciudadanos se congregaron al mediodía en las puertas de los ayuntamientos, así como en las del Congreso de los Diputados, el Senado y las sedes de los gobiernos autonómicos.
El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, acudió junto con el líder de la oposición, Mariano Rajoy, a la capilla ardiente del empresario en Azpeitia para dar el pésame a la familia.
El presidente del gobierno regional vasco, Juan José Ibarretxe, se desplazó también hasta la localidad para expresar allí su repulsa al asesinato del empresario, vasco de nacimiento y cercano al nacionalismo. Hoy tras el funeral por Uría, tendrá lugar una manifestación convocada por Ibarretxe. Altuna y Uría es una de las empresas que participan en la construcción del trazado ferroviario de alta velocidad en el País Vasco. Éste ha sido objetivo de ataques y sabotajes por parte de ETA y de su entorno en los pasados meses. "Los trabajadores no necesitamos a ETA para nada", aseguró en Azpeitia el presidente del sindicato ELA, Adolfo Muñoz.