CARACAS (AP) - Después de casi una década sin poder pisar las barriadas pobres de la capital, los opositores venezolanos lograron arrebatarle al presidente Hugo Chávez parte de lo que él asumía como su territorio natural y hacerse de la alcaldía de Petare, uno de los distritos marginales más grandes y violentos de Latinoamérica.
Paradójicamente, el debilitamiento de las lealtades de los sectores populares hacia Chávez ocurre en medio de una bonanza económica generada por el auge de los precios del petróleo de los últimos cuatros años, que permitió al gobierno crear numerosos programas sociales destinados a los sectores más postergados del país.
El gobierno sostiene que la pobreza en Venezuela se redujo entre 1998 y el año pasado al pasar de 43,9% a 28,5%, pero estimaciones independientes refieren que cerca de la mitad de país son pobres. Aunque Chávez insistentemente ha señalado en los últimos días que la fidelidad de los pobres sigue intacta, los resultados de las elecciones regionales del 23 de noviembre muestran otra realidad en la capital.
En Petare, donde habitan cerca de un millón de personas, de los cuales el 72% es pobres, el opositor Carlos Ocariz ganó la alcaldía con un 55,80% de los votos.
El oficialista Jesse Chacón sacó el 43,6% de los sufragios. En las elecciones regionales del 2004 el candidato oficialista conquistó la alcaldía en Petare con el 52,16% de los votos, mientras que Ocariz recibió el 45,7% al optar por primera vez a ese cargo.
Al comparar los resultados de este año con los del 2004 se observa que la oposición logró en Petare remontar casi 10 puntos porcentuales, y el oficialismo tuvo una merma de 8,56 puntos, según los registros del Consejo Nacional Electoral. En otra populosa barriada pobre de la capital como el 23 de Enero, el candidato oficialista a la alcaldía de Caracas, el ex vicepresidente Jorge Rodríguez, logró el cargo al obtener el 66,9% de los votos, mientras que el candidato opositor, el ex líder estudiantil Stalin González, sólo recibió el 27,8%. El oficialismo había conseguido esa alcaldía con el 85,8% de los votos en el 2004, lo que implica que el apoyo que recibe cayó unos 18,3 puntos porcentuales.
Igual situación se observó en otras grandes barriadas pobres de la capital como Caricuao, La Vega y Coche, donde el oficialismo perdió entre 16 y 23 puntos porcentuales entre las elecciones regionales del 2004 y las de este año, mientras que la oposición sumó más de 20 puntos.
Agobiado por el fétido olor que expiden centenares de bolsas de basura que tapizan algunas de las precarias calles de tierra del humilde barrio Juventud Bolivariana de Petare, Arleth Argote, vocero del consejo comunal, que es oficialista, dijo que "las personas que venían trabajando por el proceso (chavista) hace 10 años nunca vieron un resultado ni hacia ellos ni hacia su comunidad y eso es lo que ha pasado. Hubo gente que se cansó de lo mismo´´, añadió. Desde su humilde vivienda de paredes de cartón y techo de zinc en Petare, Verónica Alvarez, una desempleada de 24 años, admitió que votó a favor de Ocariz porque quería ``un cambio´´. Aunque Alvarez defendió el programa chavista Barrio Adentro I, que desde hace cuatro años presta atención médica primaria a los sectores pobres, señaló que eso "no es suficiente´´.