Miércoles 03 de Diciembre de 2008 Edicion impresa pag. 32 > Policiales y Judiciales
Ponen en duda una de las coartadas de Aboy
Es la referida a la capucha de polar con su ADN que fue hallada a pocos metros de la escena del crimen. El imputado dice que le vendió esa tela a una clienta, que ayer negó todo.

JUNÍN DE LOS ANDES (ASM).- Día de sorprendentes revelaciones en el juicio por el doble crimen de las hermanas Olga y Teresa Buamscha, ocurrido en marzo del 2005. Mientras la defensa presentó "un testigo sorpresa de importancia para la causa", según sus propias palabras, otra declarante desactivó la versión del imputado como autor material, Luis Aboy, respecto del destino y uso de una tela, secuestrada en la vivienda que compartía con su esposa y también acusada, Melisa Friz, compatible con la capucha hallada a 200 metros del lugar del sangriento asesinato.

En ese adminículo, que seguramente será una de las piedras angulares de la acusación, los análisis de ADN revelaron saliva del procesado y manchas de sangre que serían de una de las víctimas.

Aboy había dado a entender que la tela secuestrada en su hogar, y con un corte similar al necesario para confeccionar la capucha, se la había vendido él mismo a una mujer, lo que justificaba la eventual presencia de su ADN y lo desvinculaba de la participación en el hecho. Pero la testigo Malén Yerio negó de plano haber siquiera conocido a Aboy y Friz.

A su turno, el "testigo sorpresa" es un sargento de la Policía que obligó a un largo cambio de opiniones en el tribunal sobre la pertinencia de su presentación.

Señaló la existencia de presiones durante la etapa de investigación, dijo que sospechaba de un ciudadano peruano pero que sus advertencias no fueron escuchadas por sus superiores y reveló procedimientos presuntamente irregulares durante una de las diligencias de la causa (ver nota aparte).

En medio de un calor por momentos agobiante, en la sala de sesiones del Concejo Deliberante de Junín el tribunal escuchó ayer a una treintena de testigos.

La Cámara está compuesta por los jueces Eduardo Sagües, Miguel Manso y Hugo Saccoccia, el fiscal es Héctor Trova, los querellantes son Oscar Pandolfi y Juan Prado y los defensores son Mariano Laprida y González Novillo.

Para hoy se esperan nuevos testimonios hasta completar los 80 que fueron citados a declarar.

En cuanto a los alegatos de las partes, podrían realizarse a partir de mañana o el viernes en Zapala, asiento natural de la Cámara.

Teresa (71) y Olga (73) fueron asesinadas en su vivienda en pleno centro de Junín de los Andes, entre la noche del 20 y los primeros minutos del 21 de marzo.

Ambas fueron brutalmente acuchilladas (Olga más que Teresa, según los forenses) en procura de dinero.

Teresa, que tuvo unos minutos de sobrevida, alcanzó a decir a los oficiales que había visto a una persona con una especie de capucha o pasamontañas oscuro o negro.

La capucha hallada horas después de iniciadas las investigaciones fue confeccionada con tela polar negra y apareció a unos 200 metros de la vivienda de las hermanas Buamscha, miembros de una familia pionera del comercio local.

El hallazgo se produjo en un baldío. Horas después y cuando Luis Aboy ya era un sospechoso para la Justicia, se ordenó un allanamiento en la vivienda que compartía con su esposa, Melisa Friz, también imputada como partícipe secundaria (le atribuyen haber confeccionado la capucha).

Friz es modista y ambos trabajaron también en la panadería de las hermanas Buamscha, hasta que se desvincularon en el 2004, luego de un robo ocurrido en diciembre del 2003 y del que resultaron sospechosos.

De hecho, Aboy tiene otra causa penal por ese motivo, conexa con el presente juicio.

La pieza de tela

En el referido procedimiento se secuestró la pieza de tela con un corte curioso y compatible con el retazo necesario para confeccionar la capucha.

En una ampliación de declaración pedida por su propio patrocinante durante la etapa de instrucción, Aboy aseguró que una mujer que no identificó pero de quien dio señas le había comprado un trozo de esa tela y que el corte lo había hecho él mismo por error.

La mujer resultó ser Malén Yerio, quien negó de plano aquella operación y dijo que jamás había estado en la vivienda de los Aboy y mucho menos había comprado la tela de referencia.

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