Miércoles 03 de Diciembre de 2008 Edicion impresa pag. 33 > Policiales y Judiciales
El asesinato de Becerra fue "sin misericordia"
El forense confirmó que vivía cuando lo quemaron. La fiscalía pedirá hoy que condenen a los imputados.

NEUQUÉN (AN)- El asesinato de Diego Becerra fue "brutal y sin misericordia", lo cometieron "criminales torpes" que tuvieron "oportunidad de retroceder y dejarlo con vida, pero no lo hicieron".

Esas fueron las tajantes definiciones del forense Carlos Losada, quien hizo la autopsia en el cadáver del joven de 28 años que fue asesinado en octubre del año pasado y cuyo cuerpo fue quemado en Planicie Banderita. Ayer declaró en la segunda audiencia del juicio oral.

Hoy los fiscales pedirán condenas para los dos imputados: Lino Rodríguez (22) y Nicolás Saso (20). Es muy posible que reclamen prisión perpetua por homicidio calificado. Hay un tercer acusado de participar, un adolescente que será juzgado más adelante por la Justicia de menores.

"Confiamos en que se hará justicia, no queremos ni un día más de lo que les corresponde", dijo ayer el padre de la víctima, Juan Becerra. La familia viajó desde Malargüe para presenciar todos los detalles del juicio (ver aparte).

El crudo relato del forense Losada sobre el crimen se complementó con el testimonio del licenciado Flavio D´Ángelo, quien realizó las pericias psicológicas a los detenidos. "Rodríguez puede tener una reacción violenta ante una frustración. Sus operaciones de pensamiento son precarias. Es vehemente, no admite dilación en sus deseos. Tiene un capital agresivo importante", fueron algunas de sus frases sobre el principal acusado.

Becerra fue asesinado el 20 de octubre del año pasado. Según la acusación fiscal, Rodríguez y el menor D.C. lo agredieron en la vivienda que alquilaba en Houssay 1.300 del barrio Don Bosco. Tenían un plan burdo: robarle la tarjeta de débito para sacarle los 12.000 pesos que tenía depositados en el banco.

El forense Losada explicó ayer que la víctima recibió un fuerte golpe en el pecho que lo hizo caer. Luego le ataron los pies con un cable e intentaron estrangularlo haciendo presión sobre su cuello con un elemento rígido, como por ejemplo un palo.

Becerra "se cortó la pierna con el cable al intentar zafar de manera desesperada", describió Losada.

Luego le ataron las manos a la espalda, lo cargaron en el Fiat 1 de su propiedad y lo llevaron hasta Planicie Banderita. En el camino se les unió Saso.

En un sector desolado de la meseta, y ya de noche, bajaron el cuerpo del joven y volvieron a estrangularlo. Después lo rociaron con combustible, lo quemaron y finalmente lo taparon con tierra.

El forense explicó que al momento de ser quemado, Becerra "no estaba consciente pero estaba agonizando. No creo que los autores se hayan dado cuenta de que estaba vivo".

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