Miércoles 03 de Diciembre de 2008 Edicion impresa pag. 36 > Policiales y Judiciales
Asombro por la saña con que mataron al joven secuestrado
Antes de rociar y quemar su cuerpo, lo hicieron arrodillar y lo balearon en la nuca. No habría sido porque escapaba

BUENOS AIRES (DyN).- Los investigadores del secuestro y el asesinato de Rodolfo González buscaban ayer pistas en los entrecruzamientos telefónicos, las cabinas de peaje y los restos del auto quemado para tratar de llegar a los responsables del brutal homicidio.

Según trascendió, la llamada extorsiva se hizo desde el celular de "Rolo", que se habría activado en la zona de Moreno, pero la comunicación con el padre de la víctima habría durado "un minuto".

El padre, Carlos González, rechazó cualquier eventual venganza, aseguró que los delincuentes "eran chicos" y añadió: "Fue (un secuestro) al voleo, somos gente de trabajo. No tenemos enemigos, al contrario".

Por ahora los investigadores están desconcertados. Aunque sin descartarla rotundamente, no tienen elementos para sospechar de una venganza, pero también buscan explicación para la frialdad con la que actuaron el o los delincuentes que fusilaron al chico y luego quemaron su cadáver, señalaron fuentes del caso.

El abogado de la familia de la víctima, Roberto Damboriana, tampoco encuentra explicaciones. "Lo ejecutaron con un tiro en la nuca; el que disparó algo tiene que conocer y si se hubiera intentado escapar, le hubieran tirado un tiro en la espalda. Hay una ferocidad extrema que no se condice con las hipótesis", dijo.

Ayer a la tarde, por orden del fiscal federal Oscar Amirante, los peritos forenses realizaban la autopsia al cadáver del joven de 18 años. Hasta la morgue se habían acercado los padres y uno de los hermanos de "Rolo".

Es que quieren empezar a velar los restos del chico en una cochería de Villa Urquiza, ubicada en Congreso y Triunvirato. Ayer a la mañana, a primera hora, el padre de la víctima clamó en la puerta de su casa, en su primer contacto con la prensa, que le entregaran el cadáver de su hijo. "Lo que pido ahora -añadió- es que me lo devuelvan, no puedo recibir el cadáver de mi hijo. Que me devuelvan a Rolo, que es mi vida; no quiero que me lo toquen más. Ya me arruinaron la vida a mí y a toda la familia", indicó. Y también sostuvo frente a los cronistas que fue un secuestro "al voleo" y que ni su hijo ni su familia tienen "enemigos" que pudieran haber planeado una supuesta venganza.

Es que González desmintió ser "rico" ("no somos millonarios", dijo) y aseguró que sólo tiene "una empresa familiar que se dedica a la elaboración de comidas de bajas calorías".

Según dijo, "Rolo" era un "ejemplo de juventud, el mejor alumno que se iba a recibir el próximo viernes con un 9 de promedio, los compañeros lo adoraban, era un tipo sano, era un ángel... Agradezco infinitamente a la Policía Federal, cuyo cuerpo antisecuestro estuvo toda la noche con nosotros acompañándonos", manifestó en la puerta de la casa del barrio de Saavedra.

Además, González se quejó al sostener que los investigadores no pudieron recibir rápidamente el listado de las llamadas telefónicas hechas por el celular de la víctima, tras señalar que "era domingo y eso complicó la investigación". Ahora se esperan las pistas que puedan surgir de esos teléfonos y poder determinar la hora de la muerte con vistas a pedir las filmaciones de los dos peajes que podrían haber cruzado.

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