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	La defensora del Pueblo reseñó las veces que denunció "delitos de altos jefes".

La Defensora del Pueblo, Ana Piccinini, se manifestó "más que sorprendida" por las declaraciones del ministro de Gobierno, José Luis Rodríguez, quien manifestó que se eneró "por el diario" de la investigación que realiza la jueza Marisa Bosco sobre trata de personas con la presunta connivencia policial. "¿Por qué el Sr. Ministro niega conocer lo que esta Defensora le ha expuesto reiterada y personalmente, por teléfono y por nota, e incluso al mismo gobernador?", dijo la funcionaria.

"En oportunidades que he perdido la cuenta, al anterior ministro Iván Lazzeri y al actual, Rodríguez, e incluso al gobernador les denuncié delitos cometidos por altos jefes, irregularidades, violencia, policías perseguidos, desterrados, sumariados, denuncié la connivencia de la policía con la delincuencia, denuncié en el informe de febrero que en Río Negro existía protección por acción o por omisión de las autoridades civiles y policiales hacia los malos policías", afirmó la defensora.

Acotó que, "sólo recibí a cambio insultos, calumnias, injurias, incluso del jefe comisario Víctor Cufre, teniendo que soportar que se me espíe, que se me fotografíe, con la complicidad y la protección de que goza este oscuro personaje de sus más altos jefes civiles. Nada sirvió para sacudir el grado consolidado de impunidad y de abroquelamiento".

En declaraciones a este diario, dijo que "la mala policía de Río Negro, cuyos nombres se conocerán cuando el secreto de sumario lo permita, han construido una asociación con lo más marginal de la delincuencia rionegrina: con los que lucran con el tráfico y la trata de niñas y adolescentes sometiéndolas a la explotación sexual. Hay comisarios en esta provincia que son dependientes y están bajo las órdenes de los proxenetas. ¿Cuál es la parte que no sabe el Sr. Ministro?", indicó.

"El ministro se reúne con el jefe de Policía. El ministro pone el zorro dentro del gallinero y quiere investigar a la jueza. Qué bien le vendría al ministro acercarse al despacho de la magistrada y escucharla, y escuchar a los verdaderos actores testigos de la degradación en que está la Policía a su cargo".

Puntualizó que desde las primeras escuchas concurrió a hablar con el fiscal Bodrato y a intercambiar información -sin violar el secreto de sumario- sobre la situación de policías. "Fue noticia publicada los allanamientos que realizó la jueza Marisa Bosco en los cabarets de Choele Choel, para lo que pidió el auxilio de la Policía Federal. De esto tampoco llegó nada a los oídos del Ministro".

Recordó que "fue público en la provincia que la jueza Bosco fue espiada, seguida e involucrada por policías de Choele Choel en un presunto anoticiamiento que habría hecho a un ciudadano sobre un allanamiento que ella misma dispuso. Fue tan obvia la patraña que desnudó una persecución dirigida a amedrentar a la funcionaria. Tampoco se enteró el Sr. Ministro". Enfatizó que "no conozco el detalle de la prueba acopiada por la Dra. Bosco. Sí conozco de su valentía y de su soledad", dijo.

Agregó que a través de la buena polícía y de sus denuncias "tomé conocimiento de la existencia de la profunda, cotidiana y habitual relación que existe entre los proxenetas y los altos jefes policiales. Sin haber tenido acceso a las escuchas conozco datos relevantes expuestos por policías que, al negarse a entrar en los negocios mafiosos o al pretender denunciarlos, fueron desterrados, castigados y muchos, aun con "estado policial", se encuentran prisioneros en sus casas, con sueldos recortados y en algunos casos sin sueldos vulnerando su dignidad. ¿Por qué estos policías le cuentan a la Defensora del Pueblo lo que no se animan a contarle al Ministro?, se preguntó.