En la acción enzimática relacionada con la producción de proteínas y sustancias grasas, la humedad y la temperatura son los factores más sensibles. La piel reacciona tornándose más gruesa, incrementando la pigmentación o adquiriendo grasitud. Un error común es atacar agresivamente la grasitud de la piel con productos astringentes, pero eso sólo genera más grasitud.

Una mayor grasitud también puede ser la típica reacción de la piel ante el viento. El uso de productos hidratantes es en todo caso más adecuado que los astringentes.

El estrato córneo o manto lipídico es la capa más externa de la piel, sobre la cual actúa la higiene diaria. También hay tratamientos que actúan sobre capas más profundas, a los que se recurre ya con la prescripción de un dermatólogo.