Lunes 01 de Diciembre de 2008 Edicion impresa pag. 2 > Nacionales
Alberto Fernández, de verdugo a víctima
Fue quien instaló el método castigo en el kirchnerismo. Ahora lo sufre. Kirchner quiere retomar el control del PJ porteño, pero sin él.

BUENOS AIRES (ABA).- Alberto Fernández, el hombre que se identifica a sí mismo como uno de los fundadores del kirchnerismo, pero que abandonó el gobierno disparando críticas internas, sufre por estos días una embestida política y mediática que nace en la propia Quinta de Olivos y que tiene como objeto esmerilar su figura para obligarlo a renunciar a la presidencia del PJ porteño.

El ex jefe de Gabinete es víctima así de un método de castigo político que él mismo impulsó desde la Casa Rosada, y que consiste en no dejarle ningún espacio libre a los dirigentes que osan desertar del oficialismo para transformarse en disidentes.

Fernández aplicó ese procedimiento de desgaste permanente en varios funcionarios y dirigentes que optaron por irse del kirchnerismo, algo que terminó haciendo él mismo: el ex canciller Bielsa, el ex jefe porteño Telerman; el ex ministro de Justicia Gustavo Beliz; y el ex jefe de Gabinete de la Cancillería y antiguo operador del albertismo, Eduardo Valdez, fueron algunas de sus "víctimas" en el PJ porteño. Ahora Fernández sufre su propia medicina.

Hace dos semanas, Kirchner inició un plan concreto para retomar el control del PJ porteño. Sus operadores en el distrito son ahora el sindicalista Víctor Santa María (SUTERH), y Juan Pablo Schiavi, ex jefe de campaña de Mauricio Macri y actual funcionario de Planificación Federal. La idea de que K es que el peronismo de la Capital debe "abrirse" a todos los sectores, a la vez que debe organizarse la estructura orgánica: Kirchner está convencido de que el PJ debe encolumnar como nunca antes a los gremios porteños, vitales para garantizar una buena elección.

El santacruceño encargó a su ministro Julio De Vido que construya los lazos con el sindicalismo capitalino, algo que ya empezó a hacer a través de Amadeo Genta, el titular del Sindicato Único de Trabajadores del Estado de la Ciudad de Buenos Aires (SUTECBA). A la vez, Kirchner empezó a pensar en posibles nombres para las candidaturas a legisladores del año próximo. Quien más lo entusiasma es Telerman, enemigo acérrimo de Fernández. Es por eso que Olivos busca "sacarse de encima" al ex jefe de Gabinete, según explicó un ministro a "Río Negro".

Santa María, ex aliado incondicional de Fernández, es ahora, por instrucciones de Olivos, su verdugo mediático.

Esta semana, los dirigentes porteños organizaron una cena en el SUTERH para delinear las políticas partidarias en el distrito porteño.

El golpe al corazón del "albertismo" fue que estaban invitados dos de los principales adversarios de Fernández, Telerman y Bielsa, que prefirieron, por esta vez, ausentarse. Fernández criticó ese encuentro diciendo que "encerrarnos a comer un asado para debatir los problemas que tenemos nosotros no sirve de nada". Santa María fue el encargado de replicarle, y buscó lastimar al ex jefe de Gabinete haciendo público lo que es un secreto a voces: que desde la Quinta de Olivos no se piensa en él como candidato el año próximo, sino más bien que se busca su renuncia a la presidencia del PJ porteño. "El propio Alberto se ha excluido de la posibilidad de ser candidato después de evaluar sus propias limitaciones electorales", afirmó Santa María en declaraciones periodísticas, a la vez que "aclaró" que su sector -convalidado por el propio Kirchner- no le va a pedir la renuncia: "Ésa es una decisión que deberá tomar él". Fernández sabe que esa frase es una señal inequívoca de que sus ex aliados efectivamente quieren que renuncie al PJ.

 

Nicolás Wiñaski
(ABA)

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