Lunes 01 de Diciembre de 2008 Edicion impresa pag. 12 > Opinion
¿Candidaturas cívicas no partidarias?

Hace cuatro meses, el pasado 8 de julio, los integrantes del Grupo VAHLOR presentamos en la Legislatura de Neuquén un proyecto de iniciativa ciudadana para la modificación de las leyes electorales provinciales de modo que en las futuras elecciones sean permitidas candidaturas independientes no partidarias. Ésta es la segunda vez que lo intentamos, buscando pacientemente la oportunidad de brindarles a los electores que no adhieren a partidos políticos la posibilidad de votar por candidatos cívicos que no sean los mismos políticos profesionales de siempre que tanto nos han perjudicado.

A muchos les puede parecer una propuesta extraña: ¿candidatos que no sean políticos? , ¿listas de candidatos sin la estructura organizativa de los partidos? ¿A ver cómo es eso?

Ésta no es una petición exótica, por cuanto las candidaturas no partidarias existen bajo diversas modalidades en países como Estados Unidos, Inglaterra, Japón, Alemania, Italia, Portugal, España, Suiza, Bélgica, Gran Bretaña, Irlanda, India, Holanda, Dinamarca, Canadá, Finlandia, Albania, Armenia, Bolivia, Chile, Colombia, Guatemala, Dominicana, República Checa, Georgia, Hungría, Corea, Rumania, Rusia, Eslovaquia, Venezuela, Turquía, Ucrania, Filipinas y Polonia, entre otros que totalizan alrededor de setenta y cinco naciones democráticas. Tampoco es novedosa, si se tiene en cuenta que antes de las últimas dictaduras militares en nuestro país no había impedimentos legales para que se pudieran presentar listas de candidatos sin más requisitos que los previstos por la Constitución; es decir: edad, términos de residencia y no tener antecedentes penales.

Aunque son múltiples los aspectos que pueden ser considerados, hay tres cuestiones cuyo análisis le permitirá al lector evaluar y comprender nuestra iniciativa e imaginar sus perspectivas, no solamente en Neuquén sino en toda la Nación.

La primera cuestión es si la existencia de ciudadanos no alineados con partidos resulta una realidad política evidente y si esto establece la presencia de una modalidad de opinión política no partidista que debería ser tenida en cuenta para que el sistema de elección de autoridades sea verdaderamente democrático y representativo.

La segunda cuestión es si la presencia de candidatos cívicos no partidarios compitiendo en igualdad de condiciones con aquellos que sean propuestos por los partidos contribuye a mejorar la calidad institucional en beneficio del conjunto de la población.

La tercera cuestión es si la eventual elección de representantes legislativos o gobernantes independientes estaría en condiciones de desarrollar y llevar a cabo sus propuestas y programas de trabajo sin el respaldo de "organizaciones partidarias".

Es un hecho incontrovertible el rechazo de una parte de la población hacia los partidos políticos, enfocado particularmente en el repudio a sus líderes y dirigentes fuertemente denostados. Miles de ciudadanos manifiestan abiertamente que de ninguna manera aceptarían integrar un partido. Algunos lo hacen porque privilegian la libertad de opinión basada en sus ideas propias más que en los dogmas o políticas de estas organizaciones. Otros consideran a los partidos con rencor, porque muchas veces se han sentido engañados y utilizados. A los jóvenes los motiva el rechazo a la hipocresía de la política, y la mayoría es consciente de que la podredumbre de los partidos políticos, tal como hoy funcionan, no tiene solución y por lo tanto es mejor mantenerse alejado de tal entorno.

La realidad es que amplios sectores de la ciudadanía rechazamos a los partidos políticos y por sostener nuestras convicciones hemos sido marginados de esta falsa democracia "de partidos". Por medio de leyes electorales tendenciosas e injustas, los ciudadanos (que somos el fundamento de la democracia) fuimos privados de los derechos políticos básicos de una democracia: de elegir o de ser elegidos. En efecto, no tenemos la opción de votar por candidatos cívicos independientes que representen y reflejen nuestro punto de vista no partidario y por supuesto no se permite presentar candidaturas no partidarias. Sólo se admiten las listas de candidatos que son presentadas por los partidos.

Basta el sentido común para comprender que una democracia exclusivamente ejercida a través de los partidos políticos (personificados en sus "dirigentes" y "militantes") pierde los atributos deseables para tal sistema de gobierno interpretado como gobierno del pueblo. El modelo electoral exclusivamente partidista no resulta republicano, representativo y federal, pues los partidos triunfadores u opositores imponen a los gobiernos su propia perspectiva grupal facciosa, provocan enfrentamientos y dividen a la sociedad. La acción de los gobernantes partidistas coloniza el Estado para beneficio de sus seguidores, define las decisiones con su grupo e impone sus intereses.

La propuesta de candidatos independientes, actuando como alternativa electoral, conduce a una manera distinta de hacer política: ante la carencia de "aparato partidario" los independientes van a reforzar las instituciones del gobierno como ámbito natural de ejercicio del poder, van a consolidar la acción de los funcionarios "de carrera" en lugar de desplazarlos con los cargos políticos comprometidos para su legión de afiliados, van a privilegiar la condición representativa y la relación directa con sus electores, van a impulsar políticas de Estado concretas para ser resueltas en términos de conveniencia y oportunidad, antes que quedar cautivos de ideologías o referencias históricas.

La acción política de los ciudadanos no partidistas que por decisión del pueblo fuesen elegidos al gobierno estaría en condiciones de aportar ideas no tradicionales y estrategias de gobierno más útiles: idoneidad de los candidatos propuestos para la función antes que satisfacer acuerdos de dirigentes, flexibilidad y adaptación para lograr las metas comprometidas con sus electores, ajuste a las plataformas electorales y no a discursos dogmáticos, aprovechamiento de las oportunidades sin ataduras con el pasado, enfoque conciliador que remita a la condición general de beneficio para la comunidad y no para la parcialidad de su signo.

Volvamos a las cuestiones que señalaba como determinantes para que el lector apoye nuestra iniciativa de modificación a la legislación electoral neuquina de modo tal que permita que en las próximas elecciones haya candidaturas cívicas no partidarias: los ciudadanos independientes existimos, queremos votar por candidatos que representen nuestro punto de vista práctico y sin doctrinas, queremos participar democráticamente para presentar al electorado acciones concretas, planes de acción específicos alejados de la retórica política, proponemos un enfoque de unión social y no de enfrentamiento, queremos promover la cooperación y participación de los ciudadanos comunes con amplio respeto a la diversidad de opiniones, encuadrarnos en el ejercicio del poder con apego a la Constitución, no a principios políticos controvertidos. Nuestra fortaleza está en hacer política enfocados en realizar lo necesario para que la sociedad progrese.

Los independientes queremos dejar de ser proscriptos y que se nos respete como ciudadanos. No nos conformamos con optar entre candidatos partidarios, el voto en blanco, anulado o el ausentismo; vale decir entre el apoyo sin convicción o el rechazo al sistema, porque esto impide que sean elegidos buenos gobiernos.

De prosperar el reconocimiento del derecho a participar en las elecciones para todos los ciudadanos, la posición de gobierno que algún día nos pudiera ser otorgada por voto de la ciudadanía, será para actuar como estadistas, para beneficio de toda la comunidad y no utilizada para el fortalecimiento del poder político de grupos enquistados que desde hace ya demasiado tiempo nos vienen gobernando y, como nos muestra la realidad, lo han hecho pésimamente y con nefastos resultados.

GUILLERMO LÓPEZ CHAMADOIRA

Ingeniero. Neuquén

Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí