Lunes 01 de Diciembre de 2008 Edicion impresa pag. 28 > Cultura y Espectaculos
EN CLAVE DE Y: ¡No me defiendan más!

Mientras hacía esto y lo otro, escuchaba la radio. Ya sabe, tipo rumor de fondo, hasta que escuché algunas palabras. Dichas palabras fueron "enemigos, graves daños a la salud, ¿dónde apoyamos las bolsas de las compras?", lo cual hizo que subiera el volumen. ¡Mis amigos de Defensa del Consumidor!

Así me enteré que cualquier superficie que tocaran las bolsas de las compras, ya en el mismo súper, en el auto, en la casa, está llena de enemigos feroces: ácaros, artrópodos, pícaros, súcubos, íncubos, pequeños seres hambrientos y sembradores de calamidades -que envidiaría Jehová cuando mandó las siete plagas a los egipcios-, subiendo por el plástico, invadiendo el pedazo de queso, el asadito, la lechuga?

El tono del defensor acompañaba esta horrenda realidad con un tono admonitorio-profético que hacía poner la carne de gallina. ¡NO APOYE LAS BOLSAS EN EL PISO! ¿EN QUÉ CONDICIONES ESTÁ SU MESADA? (Y yo me vi, como tantos otros, empujando el canastito con los pies mientras avanza la cola de "SÓLO CON CANASTOS") y luego dejando las bolsas en el piso del auto y luego en la puerta de casa para abrir la susodicha, y, ya adentro, dejarlas ¡¡¡en el piso!!!, ¡¡¡en la mesada sin esterilizar con el producto adecuado!!!, para ir rápido a desconectar la alarma, cuyo sonido espantoso a la primera que asusta es a mí.

Eso no es todo, qué va. Empezó a describir el asunto de la cadena de frío, y volvió a la carga con la pudrición -en potencia y en acto, al estilo aristotélico- que yace en las bandejas del pollo y de la carne. ¡SOCORRO!

Cual artrópodos feroces, me invadieron imágenes escalofriantes de un correo -cadena (para qué lo habré abierto) en donde me mostraban diversos bichos -ante los cuales "Depredador" es míster universo- que tienen especial predilección por nuestra piel, esas escamitas que se desprenden solas o inducidas, en mi caso, por ese instrumento tan útil para sacar las durezas y rayas de los pies, que creo se llama "escofina", labor que realizo de vez en cuando, sobre todo cuando tengo que usar sandalias o ir a yoga, actividad que como usted sabe se realiza sin medias y todo el mundo te ve la planta de los pies?Y mis microscópicos enemigos abalanzándose sobre mi subproducto vital. Cierto pensamiento me dio un premio consuelo: esto es un verdadero ejemplo de equilibrio ecológico, puesto que no tengo que ir a pasar un trapo húmedo convenientemente untado en lavandina, o la complicada aspiradora. Depredador se encarga: devora, devora, devora? bullendo, literalmente, bajo mis pies.

¡BASTA!

Objetivemos un poco. Estos organismos -me refiero a los que defienden a los consumidores, es decir, a usted y a mí- son muy útiles y meritorios. De más de una forma de estafa me he desayunado. Sólo estoy describiéndole una experiencia, un alerta rojo que me invade de vez en cuando, pero que necesariamente tengo que relativizar, a menos que me convierta en alguno de mis héroes policiales, como los detectives Hércules Poirot -invento de Agatha Christie- o Adrián Monk, de la serie televisiva del mismo nombre, seres compulsivamente, obsesivamente limpios y ordenados, cualidades que a ellos les permite pescar "ese" detalle que resuelve el caso. Claro, yo no soy detective.

Le diré algo, aquí entre nosotros: soy muy influenciable, si bien estos y otros bombardeos llegan a las capas superficiales de mi persona, por lo cual, al tiempo sólo queda lo esencial. Ahora me hago la sota y voy con el carro y el canasto adentro, espero en la caja de "SÓLO CANASTOS" y cuando me llega el turno hago a un lado el primero y paso con el segundo, ante la expresión condenatoria de más de una dama o un caballero que me mira fijo, mira el susodicho cartel y me vuelve a mirar, a mí y al carro, mientras arrastran ¡horror!, su canasto por el piso plagado de enemigos. Seguro que no escucharon la radio.

En cuanto a mi piso y mi mesada? bueno. Confío en mis anticuerpos. Tampoco ganarán un premio de belleza, con ese aspecto de ameba con pinzas, pero hacen lo suyo? al menos, eso espero.

 

MARÍA EMILIA SALTO
bebasalto@hotmail.com

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