SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Sin proponer reformulación alguna, el Ejecutivo municipal parece haber deslizado el presupuesto 2008 hacia el cesto de papeles, ya que en los hechos ignora por completo un enorme conjunto de programas que tienen partida asignada pero a esta altura del año registran "ejecución cero".
El plan de gastos delineado por el gobierno anterior de Darío Barriga (y aprobado por ordenanza en febrero pasado) previó distribuir el gasto en 378 cuentas distintas. Sin embargo, transcurridos diez meses del ejercicio 141 de esos ítems (el 37,3%) exhiben la columna de "ejecución" con el casillero en blanco.
La primera explicación a mano es que el grueso de los recursos fueron absorbidos por la masa salarial.
En el dibujo original, la partida de sueldos para todo el año comprendía un total de 63,7 millones de pesos, lo que representaba un 74,2% de la previsión de ingresos corrientes. Pero la realidad indica que al 31 de octubre pasado el gasto en personal absorbió el 91,6% de lo percibido por el municipio en materia de recaudación propia, coparticipación y regalías. Más apretadas quedaron las cuentas cuando el "financiamiento neto" por 28,1 millones que Barriga había incluido en el presupuesto (y que su sucesor Marcelo Cascón mantuvo sin cambios) en realidad no aportó casi nada. En los primeros 10 meses la caja municipal incorporó por esa vía sólo 866 mil pesos.
Era obvio entonces que por algún lado había que recortar. Y le tocó pagar el desarreglo a numerosos proyectos de cultura, deportes, turismo y pequeñas obras públicas, que el municipio pasó al archivo sin cumplir con lo pautado.
En la larga y variada lista de programas con ejecución "cero" aparecen el Instituto Municipal de la Tierra y la Vivienda (tenía asignados 350 mil pesos); una "escuela vial" con 80 mil; tenencia responsable de canes y construcción de caniles con 94.800; la Camerata Bariloche con 15 mil; el balet Tolkeyén con 10 mil y un programa de "fomento de espacios culturales", al que le habían reservado 60 mil.
El Ejecutivo también propuso (y los concejales aprobaron) un esquema de gastos que incluía modestos 10 mil pesos para competencias iterescolares, 154 mil para el fondo municipal del deporte, 9.332 para escuelas deportivas barriales, 16 mil para material deportivo y 6.754 pesos para cursos de capacitación deportiva. Ninguno de ellos insumió erogación alguna en los primeros 10 meses del año.
Otros proyectos que tenían partida asignada y fueron ignorados por completo -para desgracia de sus beneficiarios directos- son el de "fondo para microcréditos", con 50 mil pesos; ordenamiento urbano para el barrio Diez de Diciembre (266 mil); trabajos en el cementerio por 257 mil; paradores de transporte por 36.700 y construcción de veredas por 27.900 pesos.
Enumerar el total es imposible, pero la nómina de partidas que hasta ahora no recibieron un centavo también incluye a la "mejora de los servicios y atractivos turísticos", con 41.500 pesos; un añejo proyecto de bicisendas, con 100 mil: un SUM en el barrio Virgen Misionera (100 mil) y obras en el laboratorio bromatológico, que también tenían reservados 100 mil pesos. La misma suerte corrió la elaboración de normativa para laderas del cerro Otto, con un presupuesto de 202 mil pesos; la recuperación de costas (32 mil), la terminal de ómnibus (46 mil) y hasta el Museo del lago Gutiérrez (apenas 2.500 pesos).
Al margen del contribuyente, la subejecución de programas no constituye una irregularidad de por sí, según sostuvo el presidente del Tribunal de Contralor, Oscar Cannizzaro.
Explicó que el Ejecutivo toma en general la previsión de dictar resoluciones de "transferencia" entre una partida y otra, para lo cual tiene una amplia potestad establecida en la Carta Orgánica.
El tope impuesto para esas operaciones es del 15% del total del presupuesto, sin límites para cada partida, de modo que las más modestas bien pueden desaparecer en forma masiva por simple decisión del intendente..