ZAPALA (AZ).-"No soy ladrón ni asesino, no tengo nada que ver con este terrible crimen y espero que el juicio sirva para que se sepa la verdad". Luis Aboy se sentó ayer frente a los jueces zapalinos y entregó una versión diametralmente opuesta a la que tienen el fiscal y la querella y que lo ubican como el responsable de los asesinatos.

"Es mentira que me echaron y yo me fui enojado con las hermanas Buamscha, la realidad es que yo renuncié por motivos personales pero antes de irme la agradecí a Olga por todo lo que me había ayudado", agregó.

Aboy trabajó en la panadería de las víctimas, y llegó a vivir en un departamento que la familia Buamscha le prestó para que pudiera casarse. Recién lo abandonó poco antes del crimen, cuando se construyó una vivienda propia en el fondo del terreno de sus padres.

"Un día vino una mujer queriendo comprar un pedazo de tela azul, como mi mujer que era la que se dedicaba a la costura no estaba en la casa, se la corté yo mismo", afirmó a la hora de explicar que la capucha utilizada por el asesino se confeccionó con el mismo material que luego fue hallado en su vivienda.

"Después que pasó todo me di cuenta que esa persona también me robó un cuello de polar", añadió.

La capucha en cuestión consta de dos trozos de tela de distinto color, unidas por una costura.

A la hora de describir su relación con las hermanas, Aboy sólo tuvo palabras de elogio. "Me querían mucho y me traían hasta calzoncillos de regalo cuando iban a Chile".

Aboy apuntó que el proceso en su contra "es muy injusto". "El juez que me metió preso, Rolando Lima, es capaz de armar causas para ayudar a peligrosos delincuentes y también es responsable de involucrarme en algo que no cometí", dijo.

Melisa Fritz, en tanto, negó haber confeccionado la capucha que usó el asesino y rechazó haber escrito una carta amenazante que recibieron los Buamscha después del asesinato de las hermanas. En este último caso, su situación es más complicada porque una pericia la señala como la autora del mensaje.