LUIS BELTRÁN (AVM).- Antonio Birabent tocará por primera vez en la región mañana, en la Plaza 9 de Julio, como número central por los 97 años de Luis Beltrán. Allí, junto a su guitarra, repasará su vida musical hasta llegar a su último trabajo, "Sopa".
La plaza de Jean Jaurés, ubicada entre Córdoba y Paraguay, a comienzos de los ochenta olía a Sumo. Claro, a pocas cuadras estaba el Abasto y varios amigos aseguran seguir viendo a Luca por ahí. Ahí, o en las trasnochadas de La Paz, o también en Avellaneda, no se discutía sobre el encuentro entre Dylan y los Beatles, se hablaba de música.
El miércoles pasado, cerca de las 17, los porteños sufrían uno de los grandes calores de los últimos tiempos. A esa hora "Río Negro" ubicó al hijo de Moris (¿hay alguien que no haya escuchado "Treinta minutos de vida"?) en una pizzería de la mítica placita.
"Si bien he tocado en Río Negro, nunca lo hice en Luis Beltrán y la verdad es que la música te da la posibilidad de conocer lugares nuevos y eso me da curiosidad. Fijate que estoy en un ciclo de presentaciones en Capital con mi guitarra y cancioneando, y ahora me voy a un lugar bárbaro", dice él.
-Siempre te habituás a las situaciones porque de chico fuiste a España, allá tu viejo les hizo entender que el rock en castellano era posible, después volviste...
-Es así, me adapté. Quiero Madrid como también adoro Buenos Aires, ambas son parecidas y distintas a la vez, tienen su encanto. Yo soy un poco de donde voy. Tengo la capacidad de habituarme, sea un lugarcito o una gran ciudad.
-Con "Sopa" son trece capítulos musicales muy entrelazados, como un camino con sus recovecos.
-Todos tienen sus cosas y la conjunción es "Sopa"; hay cosas en vivo, canciones viejas, remezcladas, con otras versiones, está bueno, a la crítica les gustó y la aceptación me conformó. Sí, me gustó.
-"Aishteru" me suena como a canciones de "Kamikaze", hermosa y tremendamente spinettiana. La influencia siempre está.
-Mirá qué bueno. Me lo han dicho y debe ser así, en lo letrístico o en alguna sonoridad, me ha pasado igual con todos los discos cuando pasa el tiempo, donde me empiezan a gustar más. En esta nueva versión de "Aishteru" cantamos a dúo con Lisandro Aristimuño, que es de Río Negro.
-Te pesó llevar el apellido paterno (es hijo de Moris)?
-A todo le puse onda y dedicación, nada me vino de arriba. Nunca lo tomé como algo condicionante. Me han dado diferentes satisfacciones tanto la composición o lo que escribo, pero la actuación me colocó en otro lugar. Nada de lo que hice, lo hubiera realizado de no haber tenido convicción para hacerlo.
-La banda acompaña, empuja pero tocar solo es más intimista.
-Siempre toco con la banda pero el ciclo lo estoy haciendo así y es una manera que también me gusta, es como volver a lo escencial, un tipo con una guitarra y su voz, la idea cancionística argentina.