Marshall Berman eligió una poética frase del Manifiesto Comunista -que creo haber citado ya alguna vez- para titular un libro suyo: "Todo lo sólido se desvanece en el aire".
Sobre fines del siglo pasado se desvaneció la utopía comunista que, después de los socialistas utópicos como Saint Simón, Fourier y Owen, Carlos Marx había puesto sobre bases científicas. Sobrevivieron experiencias de socialismo de Estado que, prósperas en casos como el de la China rescatada de las invasiones externas, la miseria y toda clase de calamidades, está a años luz de haber instalado el reino de la libertad. Los fuegos artificiales de las recientes Olimpíadas no han podido ocultar que la revolución de Mao Tse Tung ha perfeccionado un reino del totalitarismo sin precedentes en la historia de la humanidad.
En el sistema capitalista, que recuperó la hegemonía mundial con los Estados Unidos como nave insignia, la General Motors era (¿era?) la mejor representación de la solidez del sistema. Quien se encargó de decirlo con una frase que hizo historia fue Charles Wilson, secretario de Defensa de Dwight Eisenhower, a quien recordamos hace poco por su denuncia del que llamó "complejo militar industrial". Sin pelos en la lengua, Wilson dijo en los ´50 ante un comité del Congreso que: "Lo que es bueno para la General Motors es bueno para los Estados Unidos". Antes de ingresar al gobierno Wilson había presidido la GM.
Después de Alfred Soan, y seguido por el mediático Lee Iacocca, Wilson completó un terceto que echó las bases de la mayor empresa del mundo.
Dando brazadas desesperadas para no ahogarse en medio de la crisis -indulgentemente tenida como financiera en sus inicios, pero que ahora alcanza a todos los sectores- la GM está tratando de demostrar que, si cuando lideraba el complejo militar industrial lo bueno para ella era bueno también para los Estados Unidos, ahora que traga agua en medio de la tormenta, lo que es malo para ella tiene que serlo también para los Estados Unidos. Es un llamado a Washington: o nos ayudan o nos hundimos todos.
La definición de Wilson -conocido en su época como "Charlie Motor"- fue más larga y, si se quiere verlo así, didáctica. Todo comenzó con una pregunta de, cuando no, un periodista, sobre él sería capaz de tomar una decisión buena para el país que perjudicara a la GM. Charlie contestó explicando que esa alternativa no podría plantearse nunca, "durante años he pensado que lo que era bueno para nuestra Nación lo era también para General Motors y viceversa? nuestra compañía es demasiado importante. Contribuye al bienestar de la Nación". Y del mundo, podríamos decir desde aquí, si seguimos las noticias sobre las negociaciones entre la GM y el sindicato de Mecánicos para que la empresa no despida gente en Santa Fe.
Es que estamos hablando de la industria del automóvil, que sólo en Estados Unidos emplea a más de dos millones de trabajadores en fábricas y concesionarias. Al lado de la GM está la Ford, tan famosa por el Ford "T" como porque su fundador, Henry Ford, se alió con Hitler en negocios y en el antisemitismo. También tuvo esta corporación señales desde el poder de su identificación con los Estados Unidos. Fueron las que dio el presidente Gerald Ford, en Chicago, cuando para defender la industria del automóvil dijo: "Soy de Michigan -asiento principal de la industria-y me llamo Ford".
Otro ejemplo de lo sólido que se desvanece es el popular Citibank o Citigroup. La cifra de su quebranto es tan alta que se escribe en billones, lejos de lo que mi entendimiento finisecular puede comprender. Pero es una catástrofe. No se puede creer: un banco que parecía tan sólido y que ahora se desvanece en el aire.
JORGE GADANO
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