Integrar Georgia a las estructuras occidentales, lo que Rusia busca evitar a toda costa, se ha convertido en una de las tareas políticas centrales para el presidente de Polonia, Lech Kaczynski.
Tras el estallido de la guerra del Cáucaso en agosto, el mandatario convenció a una serie de presidentes para que manifestaran su solidaridad con el gobierno georgiano in situ. Por entonces, exhortó durante una concentración a luchar por una Georgia libre, fustigando a Rusia como al agresor. El pasado domingo, el presidente nacionalconservador puso incluso de manifiesto estar dispuesto a arriesgar hasta su propia cabeza por Georgia, algo que le valió fuertes críticas en Polonia.
Durante una visita a Georgia para conmemorar el quinto aniversario de la "Revolución de las Rosas", Kaczynski tenía programada una visita a un pueblo con refugiados de guerra. Pero su amigo el presidente georgiano, Michael Saakashvili, le sugirió poco antes visitar brevemente la frontera suroseta. El presidente habría aceptado de inmediato. Cuando el convoy en el que viajaban los presidentes se detuvo en la frontera y los políticos descendieron de sus automóviles, se escucharon tres disparos de pistolas, según informaciones polacas. Se está investigando quién realizó los disparos.
Pero el mandatario polaco identificó inmediatamente a los culpables, diciendo que fueron los rusos quienes dispararon desde una distancia de 25 metros, y que los habría reconocido por "los gritos". El portavoz presidencial dijo haber reconocido a los agresores "por el acento". Kaczynski reconoció que sabía que allí mismo se encontraba un puesto fronterizo ruso, aunque en realidad los rusos no tenían nada que buscar allí.
El golpe de efecto de su presidente generó preocupación en Polonia. El presidente del Parlamento Bronislv Komorovski teme que la acusación pueda ser infundada y que ello genere nuevas tensiones en las relaciones ruso-polacas. Esto sucede en el contexto de renovados esfuerzos entre ambos países por mejorar sus relaciones, tras una larga fase de enfriamiento.
El periódico de centro-izquierda "Gazeta Wyborcza" responsabilizó a Kaczynski de haber provocado intencionalmente a Rusia. Con su viaje a Georgia, expresa el diario, el presidente desencadenó la peor crisis regional desde la desintegración de la Unión Soviética. El ruso es una lengua muy extendida en el Cáucaso, expresa el matutino "Dziennik". Así por ejemplo, los georgianos y los osetos se comunican en ruso entre sí.
Rusia dijo que el ataque sufrido en la frontera con Osetia del Sur por el convoy de los presidentes polaco y georgiano fue un montaje y una nueva "provocación" de Tbilisi, en palabras de su ministro de Exteriores, Serguei Lavrov. Desde la cumbre de los países de la APEC en Lima, el gobierno ruso sostuvo que los "georgianos organizan estas cosas por su cuenta para responsabilizar luego a los osetos".
La respuesta de Varosvia no tardó en llegar. "Lavrov tiene problemas con la geografía", señaló el portavoz presidencial. Según el plan de paz suscrito con la Unión Europea, esa localidad es parte del territorio georgiano. Kaczynski responsabilizó a Rusia de "imperialismo", al cual el mundo deberá reaccionar.
Kaczynski lleva varios meses criticando a los países occidentales por su complacencia frente a Moscú. El episodio fronterizo demostró una vez más que Rusia no ha puesto en marcha el plan de paz para Georgia, según el cual, y tras las negociaciones que Moscú celebró con el presidente francés Nicolas Sarkozy, Moscú se comprometió a replegarse a las posiciones previas al estallido de la guerra.
JACEK LEPIARZ
DPA