BUENOS AIRES (Télam).- Mario Segovia, acusado de ser el mayor proveedor de efedrina del país a los carteles mexicanos; su esposa, su primo, su contador y otro sospechoso, se negaron ayer a declarar ante la Justicia y seguirán detenidos, informaron fuentes judiciales.
Los cinco imputados decidieron ayer a la tarde durante sus respectivas indagatorias no responder a las preguntas del juez federal Federico Faggionatto Márquez, quien luego decidió que sean trasladados a la alcaidía de los tribunales porteños, desde donde fueron llevados a sus lugares de detención.
Mientras tanto, media tonelada de efedrina que fue secuestrada en mayo pasado antes de que fuera enviada a México disimulada en azúcar fue incinerada en Dock Sud. Esa causa está a cargo del juez en lo Penal Económico Marcelo Aguinsky y del fiscal Guerberoff, quien durante la quema dijo a la prensa que no se descarta que ese cargamento esté vinculado a Mario Segovia.
Además de estas causas, el nombre de Segovia está involucrado en el expediente de otro juez en lo Penal económico, Ezequiel Berón de Astrada, quien procura determinar si está vinculado en el contrabando de sustancias químicas usadas en armas químicas y si operaba con terroristas en la Triple Frontera. Segovia también será reclamado por el juez en lo Penal Económico Jorge Brugo, quien cree que está involucrado en la investigación que lleva adelante por el ingreso de vehículos bajo el régimen de franquicias diplomáticas.
En tanto, el juez Faggionatto Márquez recibió ayer todos los documentos y actas de los procedimientos que derivaron en las detenciones de Segovia y los otros cuatro sospechosos y de los secuestros de dinero, armas, vehículos de lujos y hasta oro.
Segovia, quien era buscado desde el inicio de la causa por la "ruta de la efedrina" bajo el nombre de Héctor Germán Benítez -identidad que le sustrajo a un preso del penal de Sierra Chica-, fue imputado por infracción a la ley 23.737 (drogas), contrabando, acopio de arma de guerra y falsificación de documento. Junto a Segovia fueron apresados su primo, su esposa, Gisela Itatí Ortega; su contador Roberto Guerini y un hombre que trabajaba para él, identificado como Daniel Bocchi.
Faggionatto Márquez explicó que a Segovia se lo empezó a investigar junto con la Secretaría de Inteligencia (SI) hace cinco meses tras el hallazgo de un laboratorio de metanfetaminas en Ingeniero Maschwitz.