En la ciudad de Neuquén, el servicio de Prevención de Violencia Familiar atendió, en el período febrero-junio de 2008, a 224 personas que sufrieron situaciones de maltrato conyugal, infanto-juvenil, o abuso sexual infanto-juvenil, de las cuales 104 fueron mujeres, y 69 niños y niñas. Además, se le brindó tratamiento a 51 hombres que han ejercido o ejercen violencia.

La referente del equipo, Marina Pacheco, reveló que en el primer semestre de este año el servicio recibió un promedio de 56 admisiones mensuales. La gente no sólo concurre por derivaciones de los juzgados, hospitales, o del gabinete del Consejo Provincial de Educación, sino que también lo hace por demanda espontánea.

"La violencia no es un acto de ira, ni una enfermedad, es un proceso por el cual una persona abusa de su poder, con el objeto de controlar o dominar a otros y otras", aseguró Pacheco.

El centro otorga tratamiento y orientación. "Cada vez vienen más parejas de jóvenes, de veinte años de edad, con cuatro meses de casados, y en las que ya apareció la primera situación de violencia", contó.

"Una mujer sin un hombre no es nada", "nació nena, cómo va a sufrir", "las mujeres son provocadoras del instinto masculino", forman parte de los mandatos culturales que consolidan los estereotipos de género.

Las cifras siempre son parciales, porque no existe un centro único que concentre las estadísticas de las áreas que abordan el tema.

Así lo explicaron Angélica Riquelme y Viviana Menichetti del Consejo Provincial de las Mujeres. "Uno de los ámbitos dónde es difícil establecer el origen de las lesiones es en el sistema de salud pública. No es lo mismo que una víctima ingrese por guardia, y quede registrada sólo como "rotura de maxilar", sin que se describa que fue lo que le sucedió".

Tanto la coordinadora del servicio como las integrantes del Consejo destacaron las falencias en la implementación de la ley de Protección y Asistencia a los actos de violencia familiar, 2212. "La comisión de seguimiento y control nunca se conformó, y una de sus funciones era la capacitación permanente", afirmaron Riquelme y Menichetti.

Pacheco completó: "en la capital existe este servicio especializado, en el interior no hay lugares de asistencia".

Las denuncias se pueden hacer en las comisarías, juzgados de Familia, en la Fiscalía de Graves Atentados contra las Personas, y en la defensoría del Niño y el Adolescente.

En el interior, en los juzgados de Paz.

Agencia Neuquén (Diario Río Negro)