CARACAS.- Luego de una larga jornada en las elecciones regionales del domingo, el presidente Hugo Chávez anunció que el mapa venezolano seguía siendo "rojo, rojito", con un amplio apoyo a su proyecto socialista, pero la realidad de las cifras indica que el corazón del país se destiñó de manera inesperada.
Chávez ganó 17 de 22 gobernaciones, pero la pérdida de cuatro de los mayores estados del país y un cuadro económico adverso por el desplome del petróleo enturbia sus posibilidades de lograr una reforma que le garantice la reelección indefinida
La derrota de los candidatos de Chávez fue precisamente en regiones estratégicas, con especial contundencia en el estado central de Miranda y en la alcaldía metropolitana de Caracas, anterior gobernación de la capital.Además, la intensa campaña proselitista de Chávez no penetró en el electorado del estado petrolero de Zulia, que se confirmó como bastión electoral con la victoria del dúo Pablo Pérez-Manuel Rosales, quienes asumirán la gobernación y la alcaldía de Maracaibo, respectivamente.
Durante la campaña, Chávez calificó a Rosales como "desgraciado" y "mafioso" y a Pérez lo bautizó como Bernardo, el fiel amigo mudo del Zorro en la antigua serie de televisión, pero sus burlas fueron rechazadas en las urnas por los zulianos, que confirmaron el apoyo al partido Un Nuevo Tiempo, de Rosales.
La oposición también se hizo con las gobernaciones de Carabobo y Táchira y en Nueva Esparta repitió el social demócrata Morel Rodríguez. Zulia, Carabobo, Miranda y la alcaldía metropolitana son las circunscripciones electorales más grandes del país y se estima que la votación opositora sumaría en todas esas zonas más de cinco millones de votos.
Pero lo que eclipsó la celebración del oficialismo por sus 17 gobernaciones, fue la victoria de Antonio Ledezma en la alcaldía de Caracas y de Henrique Capriles en Miranda, desplazando al gobernador y mano derecha de Chávez, Diosdado Cabello.
A las victorias de Ledezma y Capriles, en el mero centro del país, se sumó la del ex diputado Carlos Ocariz en el municipio Sucre, que tiene uno de los barrios populares más grandes del distrito metropolitano.
Entonces el mapa general del país sigue siendo rojo, pero bastante menos rojo que hace cuatro años, cuando la oposición apenas alcanzó dos gobernaciones, arrastrada por la tentación de la abstención, de la cual Ledezma fue uno de sus impulsores.
La oposición proclamó sus victorias como un sólido avance contra el proyecto de Chávez, que se suma a la derrota que le propinó hace un año a la reforma constitucional socialista que el presidente propuso a los venezolanos, la cual contenía la instauración de la reelección presidencial ilimitada.