NEUQUÉN (AN)- El jurado de enjuiciamiento absolvió ayer, en un fallo dividido, a la jueza laboral Elisabet Rivero de Taiana y ordenó su inmediata restitución en el cargo, en el que estaba suspendida desde el 29 de julio.
La dirigencia del gremio judicial Sejun, que había impulsado la denuncia contra la jueza por maltrato hacia el personal -entre otras causales- recibió con insultos el fallo. "Viva la violencia laboral", gritaron irónicamente desde la barra de la Legislatura, donde se realizó la lectura de la sentencia.
Sejun deberá pagar hasta las costas del juicio, según expresa la sentencia.
En tanto la jueza prefirió no hacer declaraciones. Se retiró muy emocionada, rodeada de familiares y amigos. En un breve contacto con "Río Negro" dijo que no se reintegrará de inmediato al cargo porque se encuentra con licencia médica.
La lectura de la sentencia del jurado de enjuiciamiento, de 97 páginas, comenzó a las 16:20 y terminó cerca de las 20:30.
Por la absolución de la jueza votaron el diputado Marcelo Inaudi, su colega Darío Mattio, la abogada Rosalba Cruz Martínez y el camarista Luis Fernández (que actuó como subrogante).
Por la destitución lo hicieron el defensor del TSJ Tomás Gavernet, el camarista Daniel Varessio (aplaudido por los judiciales) y el abogado Omar Raimondo.
Por el orden de votación, el último en leer sus fundamentos fue Fernández. En ese momento había tres a favor del sobreseimiento y tres de la destitución.
Desde la barra comenzó el hostigamiento contra Fernández. Y cuando quedó claro que votaría por la absolución, los sindicalistas le dieron la espalda. Salvo Jorge Izquierdo, quien le gritó que no tenía "autoridad moral" para estar allí y le recordó su paso por el Ejército. Fernández siguió leyendo su voto, alzando la voz.
Cuando terminó la lectura, todos los dirigentes sindicales criticaron a los gritos el fallo. "Garantiza la impunidad y la violencia contra los trabajadores", dijeron desde la barra.
La jueza Taiana estaba acusada de mal desempeño y mal gerenciamiento de su juzgado. Había quejas del personal y de algunos abogados, que llamaban a su tribunal "el tacho de basura" o "Kosovo".
El voto de la mayoría determinó que casi todas las acusaciones estaban prescriptas por el paso del tiempo, y otras no se probaron. También hubo cuestionamientos hacia la Cámara Civil, superior jerárquica de Taiana. Y al Tribunal Superior de Justicia porque nunca hizo nada para remediar los problemas de convivencia que había en el juzgado.
"En el banquillo de los acusados hay sillas vacías" y "debería juzgarse al sistema judicial mismo", fueron algunas de las frases que se dijeron.