CHOS MALAL.- En la zona norte de Neuquén, como en el resto de la provincia, los precios de la tierra se dispararon en los últimos años y hay personas que han acumulado campos y estancias en muy poco tiempo. Por lo general, los desplazados son los puesteros o fiscaleros que si bien ocupan campos desde hace muchos años nunca llegaron a hacerse del título de propiedad. La creencia general ante una alambrada es que si alguien la pone es porque es el dueño. Y no siempre es así. No parece ser el caso de Carrithers contra quien avanzan una comunidad mapuche y un vecino que suma más de 40 años en Colipilli.

En uno y otro lado, se habla de la dirección de Tierras de la provincia y de su titular Luis Martínez, quien ha sobrevivido a todas las gestiones pero a quien pocos de los involucrados han ubicado a la hora de un reclamo. Eso le pasó a este diario el viernes cuando lo llamó por teléfono.

La transacciones, mensuras y titulatizaciones se multiplicaron en los últimos años y los beneficiarios o adquirentes han sido casi siempre personas ligadas al poder. El caso más notable es el de un ex diputado del Movimiento Popular Neuquino y de la ex secretaria de Gobierno de Chos Malal, Ramona Parada, íntimamente ligada al sobischismo del MPN. Hace un par de años, la familia Faundes recuperó terrenos de veranada que esta ex funcionaria había adquirido a una persona que no era la dueña. Todo se hizo con el aval de Tierras que ahora corre el riesgo de resarcir a la abogada que había adquirido el campo de los Faundes. La justicia les dio la razón a los crianceros.

Los reclamos son avalados generalmente por la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) que, través de sus abogados, asesora y acompaña a los pequeños productores.

A su vez, los crianceros comenzaron a hacer públicos sus reclamos a través de las dos radios más importantes de de Chos Malal, la AM Nacional y la FM Patagonia.

El miércoles, Miguel Mellado y su esposa Cristina Aravena hicieron público su caso luego hacer la denuncia en la fiscalía de la ex capital provincial. Por la tarde, Carrithers les devolvió las vacas y los caballos.