GAZA (AFP).- El presidente palestino Mahmoud Abbas anunció ayer que convocaría a elecciones generales si no alcanzaba un acuerdo con el movimiento islamista Hamas y lamentó el estancamiento en el proceso de paz con Israel.
Hamas, que controla la Franja de Gaza desde que tomó el poder por la fuerza en junio del 2007, rechazó de inmediato la posibilidad de tales comicios y consideró improbable su celebración en este territorio. "Estamos preparados a seguir con el diálogo (con Hamas) y no escatimaremos esfuerzos para que este diálogo tenga éxito. Pero, si fracasa, convocaré a elecciones presidenciales y legislativas para principios del año que viene", afirmó Abbas ante el Consejo Central de la OLP (CCOLP), una instancia clave de la Organización de Liberación de Palestina.
Precisó que, en este sentido, se publicaría un decreto presidencial, aunque siguió pidiendo la organización de una nueva sesión de negociaciones con los islamistas. Según el Fatah -el partido de Abbas- la actual legislatura, dominada por Hamas, debería concluir en enero del 2010 y la Ley Fundamental palestina (equivalente a una constitución) no autoriza que el presidente la disuelva. Abbas no precisó los argumentos jurídicos que utilizaría para organizar los nuevos comicios. "Rechazamos esta convocatoria de elecciones, que es ilegal e inconstitucional", afirmó un portavoz de Hamas en Gaza, Fawzi Barhum. "El mandato del presidente Abbas se acaba el 9 de enero. La legislatura es de cuatro años. La ley no otorga al presidente ninguna autoridad sobre el Parlamento y ninguna autoridad puede disolverlo de manera anticipada", añadió otro portavoz de Hamas, Taher al Nunu.
Sin embargo añadió que esperaba que el "diálogo tuviera éxito y que la presidencia estableciera un clima propicio liberando, por ejemplo, a los prisioneros (de Hamas) en Cisjordania". La CCOLP, reunida en la localidad cisjordana de Ramallah, designó a Abbas "presidente de Palestina", una medida simbólica que parece destinada a reforzarlo frente a Hamas. Este movimiento islamista había anulado una reunión de reconciliación en El Cairo, prevista a principios de noviembre, como signo de protesta contra los arrestos de sus militantes en Cisjordania.