BOGOTÁ (Télam)- Una nueva avalancha de lodo causó ayer más daños en el suroeste de Colombia donde el jueves pasado murieron al menos diez personas como consecuencia de la erupción del volcán nevado del Huila.
La emergencia se presentó cuando una avalancha en la quebrada El Salado sepultó algunas casas ubicadas en una zona rural de la población de Belalcázar, en el departamento de Cauca, unos 280 kilómetros al suroeste de Bogotá, de acuerdo a un cable de la agencia DPA.
La erupción del volcán produjo el jueves un deshielo de sus nieves eternas, que ocasionó dos avalanchas en el río Páez.
El ministro del Interior y Justicia, Fabio Valencia, dijo el sábado que los informes transmitidos desde esa zona indican que las avalanchas dejaron alrededor de diez muertos, al tiempo que habitantes de Belalcázar hablan de ocho desaparecidos y 150 personas atrapadas en la parte alta de una montaña.
Por su parte, el gobernador de Cauca, Guillermo González, dijo que se confirmó que hay seis personas muertas en el sector, aunque con el paso de las horas crece el temor de que los desaparecidos estén muertos bajo toneladas de lodo.
Indígenas que viven en esa región dijeron que unas 150 personas están atrapadas en el desfiladero de una montaña, pues no han podido descender por la gran cantidad de lodo.
Las avalanchas del jueves causaron la destrucción de ocho puentes y de más de 20 casas en Belalcázar.
Unos 3.200 habitantes de ese municipio de Cauca están albergados en campamentos ubicados en sitios altos de una montaña.
Además de los habitantes de Belalcázar, pobladores de los municipios de Tesalia, Paicol, La Plata y Nátaga, en el vecino departamento de Huila, tuvieron que acudir a albergues para huir de la furia de las aguas del Páez.