CHOELE CHOEL (AVM).- desde la renuncia del doctor Ceferino De Plácido ocurrida a principio de mes, el hospital de Choele Choel no ha podido contar con un nuevo cirujano, dado que con quien habían hablado en su oportunidad llegará recién el próximo mes. Para colmo, quien estaba trabajando, está en uso de licencia.

De esta manera, los treinta mil habitantes que tiene la región están desprotegidos desde ese ámbito. Para salir del paso, quienes deban recurrir a un cirujano y se atiendan con la salud pública serán derivados a una clínica privada de esta localidad, donde los gastos los afrontará la salud provincial.

Días pasados, la titular del hospital cabecera, doctora Luisa Lamalfa, dio la información que quien iba a llegar en reemplazo de De Plácido -quien renunció en forma indeclinable por no estar de acuerdo con el modo de conducir el centro asistencial desde la dirección- lo haría recién en los primeros días de diciembre, dado que tiene un compromiso hasta esa fecha en Puerto Santa Cruz.

Por lo tanto, la decisión adoptada en caso de necesitar la intervención de un cirujano es la de derivar a los pacientes a un centro médico choelense con los gastos a nombre de la salud provincial.

Dicha medida debieron tomarla, puesto que el otro cirujano que tiene el hospital se encuentra en uso de licencia.

Más allá de que los gastos de derivación a una clínica privada corran por cuenta de la salud pública, esto es otra muestra las falencias con que se maneja la salud provincial, comprometiendo seriamente a aquellos que puedan llegar a necesitar los servicios de un cirujano.

No es el de Choele Choel el único hospital con problemas en Río Negro. El personal del Hospital de Bariloche decidió adherir al paro general de trabajadores estatales resuelto el miércoles en Cipolletti y profundizar las medidas de fuerza, con una convocatoria multisectorial y otras dos jornadas de huelga ante la crisis sostenida que sufre la institución.

La adhesión a la medida de fuerza realizada en los últimos días fue casi total -sólo se atendió la guardia y los servicios de internación- como el malestar generalizado que provocó la paralización del sector de Psicología Infanto Juvenil tras la renuncia de las tres profesionales que atendían en el área. Las profesionales María Isabel Fernández, Laura Borak y Gabriela Letón presentaron sus renuncias en la semana ante la modificación de condiciones laborales impuestas por el Servicio de Salud Mental, que las obligó a prestar servicios por fuera del sector en detrimento del servicio Infanto Juvenil. El director del Hospital, Felipe De Rosas, reconoció que el servicio había quedado desarticulado pero atribuyó la situación a la presentación de "parte de enfermedad de las tres licenciadas que cubrían la atención".