Viernes 21 de Noviembre de 2008 Edicion impresa pag. 43 > Cultura y Espectaculos
¡Ella nunca fue boba!

¿Quién no ha escuchado esta definición de la televisión? ¿Y cuántas personas no la han compartido, y aún la comparten? A lo sumo, estará usted de acuerdo conmigo: el tema encuentra sus abogados defensores y fiscales por todos lados.

Y aunque no sé quién acuñó lo de "caja boba", puedo convocar cierto tipo de intelectual, docente o periodista gráfico, escritor... esos roles donde la palabra manda. Ahora bien, un fiscal dirá que idiotiza y aludirá quizás a los "Bailando" y otros "andos" de Marcelo Tinelli. El defensor preguntará quién quiere llegar a su casa después de un día duro para meterse en problemáticas "comprometidas". Otro profesional inclinado a la síntesis hará una lista de cuestiones "formadoras", "interesantes", etc., etc., desde documentales hasta series hasta películas hasta entrevistas, y podría poner de ejemplo al canal Encuentro, una verdadera joyita cuyo público se va expandiendo casi de boca en boca o de correo electrónico en correo electrónico. O a "Montecristo" y "Vidas Robadas". El rating no es todo y en buena hora que haya productores que se jueguen por opciones diferentes. Aún recuerdo "Cosa Juzgada", de los 70, y las producciones siguen y siguen y los argumentos en pro y en contra también.

Sobre todo desde la docencia, el dedo acusador apunta a las horas que los chicos pasan frente a la televisión, una suerte de madre sustituta virtual. Una defensora de la tele distinguirá entre dibujitos violentos y programas donde hay gente idónea comandando, lo cual es evidente en los programas interactivos. Veo chiquitines todos los días bailando, haciendo gimnasia y respondiendo a Barney o algún otro referente y más de uno espera el de "Art Attac" como yo "Expedientes X". Han logrado un castellano neutro aceptable, lo cual hace que cuando la orgullosa mamá dice escuchá, tiene tres años y me contestó "no seas impaciente", no es que sea superdotada la criatura, es que millones de pibes y pibas están recibiendo esa lección. Y la usan correctamente.

Y así todo. Horas y horas de programación comprada por los gurúes de la bajada de peso o de la energía vital (por favor, deténgase aunque sea una vez en" Los exitosos Pells". Es probable que siga esperando el próximo capítulo). Series para identificarse con policías, médicos, mentalistas, superhéroes que además, ¡son seres humanos! Este inefable protagonista de "24", Kiefer Sutherland, tiene unos dramas existenciales terribles, lo cual no le impide ser el jefe de un grupo paramilitar y torturar en cámara. Chimento de los y las famosas. Desfiles de modelos flaquísimas. Chicos preciosos saliendo de un auto de ensueño, bebidas o puente a la felicidad, amas de casa lindas y prolijas (¿cuándo van a hacer la prueba del jabón en polvo con un amo de casa?). Noticieros que dicen "la verdad", la cual varía según el emporio periodístico que lo sustente, mientras que el canal 7, "La televisión pública" es "parcial".

Ahora dígame: ¿y lo de la caja boba? ¡Sorpresa, sorpresa! Nunca fue boba. Desde que nació, generaciones enteras incorporaron que lo desconocido, lo extraño, es "el enemigo", tema que los norteamericanos usaron y abusaron durante la guerra fría y la tibia y cualquiera. Hay varias. Varias guerras, me refiero, y los contenidos varían según el "enemigo". Ideología, pautas culturales profundas, discriminación. Todos los roles machacados. Toda información, formadora.

En una película imperdible, "El abogado del diablo", Satanás, interpretado por Al Pacino, le explica su éxito a un debutante de las armas legales: "Que no te vean llegar. Eres un cualquiera, ni te vistas ni te muestres deslumbrante. Y cuando menos lo piensen..." Medio bobo, digamos. Y no hablaba sólo de la profesión; hablaba del poder, y el ejemplo vale para este aparatejo que modela gran parte de nuestra percepción de la realidad. Perdón, seóora televisión... usted es cualquier cosa menos una caja boba.

Y le digo, mi estimado/a lector/a: una vez que se descubre el truco, se puede disfrutar e identificarse con lo que sea.

 

MARÍA EMILIA SALTO

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