MAR DEL PLATA (enviado especial).- Fue el primero en hablar durante el sorteo y después se paseó por cada una de las instalaciones del predio Panamericano. El gobernador Daniel Scioli, gran impulsor de la llegada de la Davis a esta ciudad, estaba agrandado como pocos y no se perdió detalles. Escoltado por unas 20 personas, pasó por el estadio, saludó en la sala de prensa y recorrió cada una de las carpas aledañas al "Islas Malvinas".

¿Qué habrá pensado su par de Córdoba, Juan Schiaretti, cuando lo vio tan ancho? Todavía quedan esquirlas de la "batalla" y en "La Feliz", aunque traten de disimularlo, lo toman como gran triunfo.

Nalbandian, abanderado de la ilusión cordobesa, apenas miró a la mesa de "popes" cuando se conocía el orden de partidos y hasta le dijo unas palabras al oído a José Acasuso, mientras hablaba el máximo referente provincial.

También hubo malas para Scioli. Al mismo tiempo que le daba la bienvenida a la gran final, junto a las máximas autoridades de la ITF (Francesco Ricci Bitti), la AAT (Enrique Morea, Arturo Grimaldi y Héctor Romani), de la Real Federación Española (Pedro Muñoz) y al intendente Gustavo Pulti, en varios puntos de la ciudad hubo manifestaciones. Varias, cotidianas. Pero otras, relacionadas con la "inversión" para ganarle la pulseada a Córdoba.

Otro que apoyó a "La Feliz" fue Guillermo Vilas. "Mar del Plata necesitaba un evento como éste y por eso estoy muy contento de que se juegue aquí", apuntó quien recibirá el premio de excelencia en la Copa Davis del Hall de la Fama.