Desde hoy los micros urbanos volverán a ingresar al barrio Anai Mapu, pero bajo una condición insólita: a puertas cerradas todo el recorrido hasta el destacamento policial. Recién allí podrán subir y bajar pasajeros. La decisión, que se tomó ayer tras una reunión con ediles, no conformó a los vecinos que vienen reclamando "una política de prevención".
"¿Qué va a pasar con las mamás que tienen bebés y deben caminar varias cuadras o con los abuelos?", se preguntaban los pobladores que no descartan presentar un recurso de amparo para exigir "respuestas de fondo".
Los habitantes se quejan porque el destacamento policial del Anai Mapu -que tiene que cubrir no sólo ese barrio sino también Santa Elena, Santa Marta y las tomas- tiene sólo un policía y ningún móvil. Por eso desde hace tiempo vienen pidiendo que refuercen la unidad y que se implemente una planificación "clara" para tener seguridad.
"Estamos de acuerdo con la petición de los vecinos", dijo Abel Baratti, presidente del Concejo Deliberante. Los ediles también consideran que una sola persona no puede estar al frente de una jurisdicción tan amplia y que el ministerio de Gobierno y la Policía deben dar una respuesta.
La problemática por la inseguridad en el barrio viene desde hace tiempo pero hizo eclosión esta semana cuando, a raíz del asalto a un colectivero, el lunes se suspendió el servicio de transporte urbano de pasajeros.
Ayer por la mañana un grupo de vecinos se presentó en la comuna y habló con los ediles. Tras este encuentro se emitió un comunicado de prensa en el que se anunció el "regreso parcial" de los ómnibus al barrio a partir de hoy. "Los colectivos realizarán el recorrido a puertas cerradas hasta el destacamento policial, único lugar en el que se podrá ascender y descender pasajeros", decía el texto. Por la tarde siguieron las conversaciones y se planteó otra opción: que un policía vaya a bordo en cada unidad para realizar el recorrido normal.
Agencia Cipolletti