NEUQUÉN (AN) - La alegría espontánea y expresiva de un millar de chicos, que con máscaras, pancartas, muñecos, redobles y tambores le pusieron un toque distinto a la agobiante siesta de ayer en el microcentro, sirvió para celebrar la declaración universal de los derechos del niño.
Chicos de escuelas primarias, jardines de infantes, clubes, centros maternales, munidos de carteles pintarrajearon las calles del playón del Parque Central con la octava marcha por los derechos de los niños y adolescentes que organizaron la Pastoral Social y Movimiento Ecuménico de los Derechos Humanos (MEDH).
Este año la consigna fue "¿Nos ayudás a que nuestros derechos se cumplan?" y en torno a ella se sumaron otros mensajes, plasmados en lienzos de todos los colores, que se colocaron en los árboles de cara al palco, en el playón junto al gimnasio, donde se hizo el cierre tras la caminata.
"Che, paremos con la violencia": "Los chicos de los barrios del oeste también queremos que se respeten nuestros derechos"; "Juguemos que nos hacen muy felices", fueron otras de las consignas de las pancartas.
Esta celebración "nos hace recordar que los derechos de los niños son fundamentales para la vida de una sociedad democrática y que entre todos tenemos que hacer que esos derechos sean respetados", dijo el obispo Marcelo Melani, quien participó de la actividad.
"Y también es la ocasión para participar de la alegría de los chicos, que siempre tienen una creatividad particular para manifestarse y hacerse escuchar por la sociedad", añadió.
Melani opinó que "el cumplimiento de los derechos de los niños debe partir de la sociedad toda, no de un sector en particular. Por eso la Pastoral Social se une a esta convocatoria, para aportar con el fin de poner el tema en el tapete de las discusiones".
¿Hay avances en este permanente reclamo a favor de los niños?, se le planteó.
"Como todas las cosas que pasan en la sociedad, hay momentos de avances y de retrocesos, pero creo que en este momento estamos avanzando hacia una sociedad más plural, para que se respete al otro, que se reconozca que cada uno tiene algo en particular, en el niño en su condición de tal y los adultos como adultos", señaló.
El obispo dijo que un objetivo permanente debe ser hacer crecer a ese niño para que se haga adulto mañana en el respeto a los demás y con los valores que la sociedad tiene que tener. "Porque a los niños hay que hacerles entender que tienen derechos, pero que también tienen deberes que cumplir", agregó.
Marchas similares estaban programadas en el interior provincial.