Miércoles 19 de Noviembre de 2008 Edicion impresa pag. 11 > Regionales
"Olea miente cuando dice que no sabía" del campo de torturas

NEUQUÉN (AN/ACE).- Uno de los últimos testigos en el juicio, Jorge Oscar Maripil, aseguró ayer que en 1976 desde el conscripto hasta los suboficiales conocían de la función del centro clandestino en el Batallón 181, y por ello entendió que el acusado Enrique Braulio Olea "miente" al desconocer el funcionamiento del centro de torturas.

"Olea miente. Si los suboficiales sabían que era una casa donde había guerrilleros, si yo que era soldado (conscripto) sabía que había guerrilleros, él como jefe de Batallón que ordenaba hasta la comida, sabía", dijo ayer el testigo, que afirmó que se presentó ante la fiscalía, cuando a través del seguimiento mediático del juicio, entendió que "han dicho muchas mentiras".

Maripil detalló que fue reclutado como soldado una semana antes del golpe militar de 1976 y que debido a que era futbolista, fue llevado en ese momento ante la Comandancia de la Sexta Brigada, donde se le prometió un trato "preferencial".

Indicó que este trato haría que luego de la instrucción, no realizara guardias ni tenga las mismas obligaciones que los otros conscriptos, sino que fue destinado al mantenimiento de la bomba de agua tanto del batallón como del barrio Militar.

Aseguró que estando en ese lugar fue cuando los suboficiales le informaron que lo que hoy se conoce como centro clandestino "era una casa donde tenían guerrilleros de otras partes, porque los de acá los mandaban para Bahía Blanca".

Detalló una oportunidad cuando los militares irrumpieron en el lugar que habitaba para buscar a un "guerrillero" que se había fugado de la casa de detenidos "que funcionaba al fondo de la calle que dividía el Batallón con el Polo".

Planteó por ejemplo que el jefe de la cocina del Batallón (Aldo) Torino, preparaba raciones para los que estaban alojados en "La Escuelita" y que preguntaba "cuántos guerrilleros había en la casa", para proveer el racionamiento, que había guardias de otros lados que custodiaban el centro clandestino y que vio muchas personas de civil en las inmediaciones del lugar.

Como se recordará, cuando se presentó en el juicio Torino no recordó haber preparado raciones para los detenidos en el centro clandestino, aunque sí lo aseguraron así los soldados que oficiaron de ayudantes de cocina en ese período. El cocinero del batallón fue careado en este juicio con Oscar Ragni, pero negó haberle dicho que el día en que desapareció su hijo, debió preparar "una ración más" para los detenidos en el centro clandestino.

Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí