CIPOLLETTI (AC).- Esféricos, verticales, horizontales, cóncavos, circulares, cuadrantes y de otras formas eran los relojes de sol, elaborados con materiales diversos, que despertaron curiosidad y admiración de cientos de cipoleños en la céntrica plaza San Martín, presentados por alumnos del Instituto General Mosconi, con la organización del meteorólogo Rodolfo Merlino, encargado de las instalaciones meteorológicas locales, y profesor de geografía de la institución.

"Esto es un orgullo para nosotros. Fue un trabajo importante, de equipo, con mucha dedicación. Es apasionante conocer el recorrido de estos relojes y el papel que jugaron en la humanidad", fue una de las síntesis de los alumnos de primer año, en lo que para ellos fue el cierre de la cátedra de Geografía General donde aplicaron conocimientos teóricos aprendidos en clase.

En el sector del paseo público que da al anfiteatro de calle Roca se ubicaron los preciosos elementos, marcando exactamente la hora con la sombra.

Un reloj de sol del tipo egipcio coincidía con la hora de un moderno digital, las 11. Y los vecinos controlaban y sonreían felices por las exactitudes. Merlino, oficiando de maestro en este tema que tanto conoce, avanzó en explicaciones.

Por ejemplo, que el manejo de las temporadas de siembra y cosecha con elementos creados por el hombre se operan desde la prehistoria, y que hay elementos con una antigüedad de 7.000 AdC.

Sol y sombra

El reloj solar es un instrumento que utiliza la sombra dada por el sol para indicar la hora.

En general, un reloj solar se compone de un estilete o gnomón y de una superficie, el limbo, que es la que recibe la sombra del estilo.

Si se coloca una barra paralela al eje de la Tierra y un plano perpendicular a esa barra, las sombras de ésta avanzarán sobre el plano con la misma regularidad que el sol. Cada hora la sombra se desplazará 15º.

Este representa el fundamento de todos los relojes del tipo.

El principio fundamental es que el estilo quede paralelo al eje del mundo, es decir, que apunte al polo norte celeste. Tiene que estar orientado hacia el norte y debe estar levantado en un cierto ángulo, que corresponde a la latitud del lugar.

En la "expo" de ayer -una de las gratas sorpresas de una mañana donde el sol fue la estrella de la jornada, brillando a pleno y colaborando con la muestra- se presentaron 16 modelos distintos de relojes que fueron evolucionando a lo largo del tiempo partiendo desde el primer observatorio astronómico que quedó como testigo en Stonehenge (Inglaterra) o del rústico gnomón con el que inicialmente dividieron el día en cuatro cuartos, dos de ellos pertenecían a la luz solar y los otros dos restantes a las sombras nocturnas.