SAN MARTÍN DE LOS ANDES (ASM).- El hallazgo de cerámica Pitrén confirma la existencia de sociedades originarias que habitaron San Martín de los Andes hace 1.200 años, a la vez que investigaciones complementarias sobre utensilios dan cuenta de que hace 10.000 años ya había personas en tránsito o con permanencia en esta región cordillerana.

Pero entre sus novedades, el estudio realizado por el antropólogo Alberto Pérez y un equipo técnico (ver recuadro), confirma que la cerámica Pitrén no sólo se circunscribió al territorio chileno como se creía hasta ahora, y revela que el poblamiento sostenido del actual San Martín de los Andes y su zona de influencia es anterior a la conquista española, entre el año 900 y el 1.200 de la era cristiana.

Éstos y otros datos están contenidos en un informe que ayer difundió el municipio de San Martín de los Andes, a propósito de los trabajos del equipo liderado por Pérez, quien está bajo contrato de la comuna.

Los relevamientos indican que, si bien la existencia de personas data de 10.000 años en la zona, desde hace 1.200 hubo asentamientos en forma sostenida en el bosque y en el lago, utilizando las técnicas características del complejo alfarero Pitrén.

Esta cerámica tuvo principal uso en urnas funerarias y se caracterizaba por un gran trabajo de pintura y modelado de figuras antropomorfas y de animales de la región. Esos mismos caracteres fueron encontrados en San Martín de los Andes.

La cerámica Pitrén era exclusiva de la zona de lacustre chilena, pero este nuevo hallazgo permite afirmar que su confección y uso también se extendió a estas tierras.

En el informe de prensa, Pérez da cuenta que ya ha enviado trabajos a revistas científicas internacionales, que incluyen a San Martín de los Andes como localidad integrada al territorio donde existen evidencias del complejo Pitrén, lo cual abre un nuevo campo para la investigación científica antropológica.

El poblamiento

Los estudios referidos a asentamientos en los sectores aledaños a la localidad, señalan que el bosque fue ampliamente poblado y la actividad alfarera indica la antigüedad en torno de los 1.200 años, desvirtuando la teoría aceptada hasta el presente, que ubicaba la existencia humana en la zona en torno del año 1.500, coincidente con la época de la conquista.

"Esta teoría había sido confirmada por otros arqueólogos, que brindaron esta información cuando hace más de una década se encontró en la Ruta 48, camino a Hua Hum a sólo tres kilómetros del casco urbano, restos de una vasija valdiviana. Sin embargo, hoy los nuevos estudios nos dicen que los restos encontrados en distintos yacimiento cercanos al casco urbano son de cerámica Pitrén, tipología que permite asegurar que el poblamiento es de 900 y 1.300 años después de Cristo, o sea de 1.200 años de antigüedad; datos que sostienen entonces una mayor historia de sociedades originarias que las que se evidenciaban con la cerámica valdiviana", explicó el antropólogo.

Pero advirtió que otros indicios dan cuenta de asentamientos con antigüedad de 10.000 años. En este caso, junto con un equipo de investigación de Colorado, Estados Unidos, financiado por la National Geographic, se comprobó el uso de obsidianas trabajadas por el hombre en línea hacia la cuenca inferior del río Limay. Data de 10.000 años y es material que procedía de esta zona, lo que da la certeza de que existió permanencia de comunidades desde esa época.

Los restos de alfarería encontrados son doblemente significativos, puntualizó Pérez, porque "se tenía la idea de que la actividad cerámica no era una dinámica útil que tenían los habitantes originarios de la Patagonia, pero sin embargo este hallazgo no sólo destierra esta especulación sino que incorpora otra línea investigativa: la tecnología utilizada en los artefactos cerámicos encontrados, permite pensar que el poblamiento era estable y no efímero".

El hallazgo de la cerámica Pitrén, conocida sobre todo en la región de los lagos en Chile, "permite elaborar teorías tendientes a afirmar el intercambio notable de las comunidades de la época y confirman la preexistencia de pueblos originarios desde doce siglos atrás".

Pero además, el estudio instituye a San Martín de los Andes como "un espacio importante para la investigación arqueológica y antropológica, visión que hasta estos momentos había quedado sólo relegado a descubrimientos esporádicos, que no tenían una continuidad en el tiempo, ni tampoco estudios profundos sobre la existencia de sociedades mucho más antiguas de las que se conocían", concluyó el experto.