Miércoles 19 de Noviembre de 2008 Edicion impresa pag. 26 > Salud
Piel indefensa ante el calor y la radiación

Durante el verano, el contacto con el sol, las piscinas con cloro y otros agentes hacen que la piel, la barrera natural del organismo, se encuentre más expuesta que en otras épocas del año y, por ende, se vez más afectada.

Con el exceso de sol se pueden llegar a producir irritaciones duraderas, pero lo cierto es que en la mayoría de los casos las manifestaciones no son visibles y hacen la piel aún más susceptible a nuevas agresiones, con posibles consecuencias a largo plazo.

El enrojecimeinto y la vasodilatación constituyen la primera respuesta de la piel ante diferentes agresiones (ambientales, químicas o mecánicas), manifestándose como sensaciones de calor que pueden llegar a ser dolorosas.

Los efectos a largo plazo implican la pérdida de la vitalidad, el brillo, la firmeza y la suavidad: la piel se va volviendo menos tolerante.

Para contrarrestarlo es particularmente indispensable evitar el contacto prolongado a sustancias irritantes, proteger a la piel de estas agresiones y reparar los daños producidos. Las personas de piel sensible deben usar además productos especialmente diseñados en todas las rutinas de cuidado diario. Este tipo de piel, al estar vinculada a la excitación de las terminaciones nerviosas, está más expuesta a las agresiones.

"Una piel agredida es más frágil, por lo que se aconseja el uso de productos que incluyan en sus formulaciones ingredientes bioafines, es decir, que naturalmente estén presentes en la epidermis", explica la doctora Liliana Palumbo, especialista de la industria de la química cosmética. Dentro de este grupo Palumbo destaca la hidroxiprolina, un aminoácido que optimiza la síntesis de colágeno y elastina, y las ceramidas, que refuerzan la función barrera, mejoran la textura de la piel y proporcionan una hidratación prolongada.

Compatibles con la piel

Se aconseja utilizar productos cosméticos que eviten la irritación, traten la reactividad cutánea y cuya inocuidad haya sido evaluada en voluntarios humanos.

Existen sustancias cosméticas de última generación que modulan los estímulos sensoriales y las agresiones del medio ambiente.

Utilizar protectores solares de amplio espectro (UVB y UVA) en forma generosa. Debe extremarse su utilización en las zonas más sensibles al sol como son la cara, cuello, escote, orejas y empeine.

La higiene de la cara debe realizarse con tónicos sin alcohol o productos que no contengan detergentes irritantes. Si bien la exfoliación puede efectuarse en verano e incrementa la luminosidad de la piel, debe realizarse con productos no agresivos ni abrasivos. Reforzar la dosis de sustancias antioxidantes, para combatir el ataque de los radicales libres. Colabora en la prevención de la hiperpigmentación y el fotoenvejecimiento.

Utilizar sustancias descongestivas: extracto de nenúfares, cardo mariano, avena sativa y regenerantes como la pro-vitamina B5.

Cáncer de piel, el mayor riesgo

La acumulación del efecto de los rayos ultravioletas sobre la piel es la principal causa de cáncer de piel. Existen distintos tipos de cáncer de piel, pero básicamente se pueden clasificar en melanomas y cáncer no melanoma.

El melanoma es la forma más peligrosa ya que tiende a extenderse a otras zonas del cuerpo; sin embargo, si se detecta precozmente tiene más de un 90% de posibilidad de curación.

El cáncer de piel no melanoma se encuentra entre los tumores más comunes. Es una enfermedad producida por el desarrollo de células cancerosas en la piel y su incidencia es casi 20 veces mayor que la del melanoma maligno. Y aunque raramente es mortal, si no se lo trata puede dañar órganos y estructuras cercanas.

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