NEUQUÉN (AN/ACE).- Inés Ragni buscó al general de Brigada Raúl Poggi, al término de la audiencia, y le reprochó que el militar asegurara que sólo escuchó hablar de "La Escuelita" con la publicidad de este juicio.

"¿Dónde están nuestros hijos?, ¿quién los sacó?, ¿quién dio la orden?", le inquirió la madre de Plaza de Mayo en la vereda del Tribunal Oral Federal.

A lo largo de una cuadra, la mujer de pañuelo y cabello blanco caminó a un costado del general y siguió tozudamente el paso firme y presuroso del militar del Estado Mayor, que sólo atinó a decir: "si yo lo supiera....".

"Miente, ¿dónde están nuestros hijos?", insistió Inés Ragni, que no encontró respuesta a sus planteos.

Luego explicó que lo esperó al término de la audiencia porque a su entender "mintió, porque dijo que no sabía nada de La Escuelita".

Recordó que Poggi fue responsable del cuartel (en tiempos de democracia) y que debía saber más de lo que dijo.

Poggi integra actualmente el Estado Mayor del Ejército, y fue convocado a esta audiencia porque como jefe del Comando de Ingenieros del Estado Mayor dio un informe poco específico al Juez Labate sobre la construcción, desmantelamiento o destrucción de "La Escuelita".

Pero su declaración de ayer fue aún menos precisa, ya que el general dijo que el Estado Mayor, en el Comando de Ingenieros, no tiene informes sobre el centro clandestino o la antigua caballeriza o anteriormente el matadero que en 1958 existía en el predio militar.

Luego de un trabado período de preguntas y repreguntas, el militar accedió a reconocer que si había una refacción o un cambio dentro de las instalaciones edilicias, el jefe de batallón debía informarlo al Estado Mayor, al comando de Construcciones.

"Pero si no se informa, no se conocen que hubieran estado" los edificios, relativizó desde el primer momento. "Las adaptaciones y remodelaciones pudieron haber ocurrido sin el conocimiento del Estado Mayor", reforzó.

El general, de 54 años, comenzó su carrera militar en Bariloche en 1976 y dijo que en 1996-1997 fue jefe del Batallón neuquino.

Pero aseguró que nunca tuvo conocimiento de que en el lugar que comandó hubiera habido un matadero o un centro clandestino de detención en tiempos de dictadura, y "si existió", quién lo pudo haber destruido y por órdenes de quién.

Según un informe del ministerio de Defensa de la Nación que figura en la causa, el edificio fue derrumbado en 1996.

La casita blanca de mampostería había sido reconocida por los sobrevivientes que irrumpieron en el lugar junto con diputados de la comisión de Derechos Humanos el 9 de abril de 1984. Luego hubo una inspección judicial en diciembre de ese año, en tanto el 13 de febrero de 1986 el entonces juez Rodolfo Rivarola había dispuesto "no innovar" para que se preserve como elemento de prueba. Sin embargo, hasta los cimientos fueron desmantelados después de 2000.

El general Poggi fue acompañado en la audiencia por el coronel Edgardo Carloni, jefe de Asuntos Humanitarios del Estado Mayor, que según informó Poggi, se encarga de las relaciones entre el Ejército y la Justicia.

Por segunda vez desde que fue citado, no se presentó ayer el testigo Juan Bautista "Tata" Yofré, por lo que la defensa que lo había propuesto, desistió de la convocatoria.

"La fiscalía no tiene expectativas sobre la comparencia de estos testigos, porque su testimonio corresponde a aspectos colaterales en la causa y no los centrales de lo que pasó en La Escuelita en 1976", dijo cuando fue consultado el fiscal Manuel Balboa a inicio de la jornada de ayer.

Para hoy está previsto que se presente el testigo Heriberto Auel, quien dijo que por la edad no podía asistir a la audiencia cuando fue citado, y cuando el Tribunal Oral Federal se trasladó a la Capital Federal para tomarle declaración, estaba de viaje en Estados Unidos.