TIJUANA, México- Cientos de militares y policías federales asumieron ayer la vigilancia en las zonas más inseguras de la ciudad mexicana de Tijuana, frontera con Estados Unidos, donde cárteles de la droga libran una guerra que dejó 643 asesinados, informó una fuente oficial.
El alcalde de Tijuana, Jorge Ramos Hernández, dijo que "los militares y federales se coordinarán con las autoridades municipales" y explicó que personal de la Marina capacitará a los agentes preventivos. La semana pasada, 19 integrantes de las fuerzas de seguridad de Tijuana (noroeste) fueron detenidos "por sus presuntos vínculos con el narcotráfico", había informado Daniel de la Rosa, secretario de Seguridad Pública estatal.
Las detenciones estaban vinculadas a un "proceso de depuración" de las fuerzas de seguridad que en todo el estado de Baja California, donde se localiza Tijuana.
Militares y policías federales tomaron las calles de Tijuana, principalmente las áreas conocidas como Zona Este y La Mesa, en donde grupos armados llevaron a cabo en los últimos días ejecuciones en lugares públicos y a plena luz del día.
La violencia recrudeció en los dos últimos meses en Tijuana a consecuencia de la disputa entre dos cárteles de la droga por el control de la plaza, puerta de entrada hacia Estados Unidos.
De enero a noviembre de este año se han registrado 643 asesinatos en esa ciudad, según estadísticas de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).
El gobierno federal desplegó a más de 36.000 militares en gran parte del territorio mexicano para combatir al narcotráfico, que ha dejado unos 4.500 muertos en lo que va del año, según recuentos de la prensa. (AFP)
