El derecho a respirar aire limpio sin humo de tabaco es parte integrante del derecho a vivir en un medio no contaminado.
Cada niño y adolescente tienen derecho a verse protegidos contra toda forma de promoción del tabaco y recibir toda clase de asistencia, sea educativa o de otro tipo, para poder resistir a la tentación de empezar a consumir tabaco en cualquier forma.
Cada trabajador tiene derecho a respirar en su lugar de trabajo un aire que no haya sido contaminado por el humo del tabaco.
Cada fumador tiene derecho a que se le estimule y ayude a abandonar el hábito.
Cada ciudadano tiene derecho a recibir información sobre los grandes riesgos que el tabaco hace correr a su salud (20 de noviembre "día del aire puro").