NEUQUÉN (AN).- Entre 2005 y 2007 la provincia distribuyó entre siete empresas la mitad del presupuesto destinado a la construcción, ampliación y refacción de 102 obras destinadas al área de Educación. Este puñado de constructoras le facturó al Estado 50 millones de pesos, mientras que el resto, un total de 27 firmas y siete contratos canalizados a través de los municipios, ejecutaron trabajos por 33,7 millones de pesos.

En los últimos tres años de la gestión de Jorge Sobisch se destinaron 83.746.332 pesos a la ejecución de obras escolares a través de dos organismos: la subsecretaría de Obras Públicas del ministerio de Hacienda, que se encargó en mayor medida de la construcción de edificios nuevos, y la subsecretaría de Infraestructura Escolar del ministerio de Educación, responsable de las refacciones.

Roque Mocciola, Zahidas, Copaco, Okume, Almari, AP Construcciones y Tranco concentraron obras por 49.633.244 pesos. Ese monto es equivalente al 59% del total recursos que se orientaron a infraestructura escolar.

El subsecretario de Obras Públicas, Ricardo Esteves, afirmó que todas las contrataciones se hicieron bajo los procesos legales y negó la existencia de una concentración de obras (ver aparte).

Pese a que el Estado pagó, en algunos casos, un precio por metro cuadrado por encima del valor de mercado (ver aparte), se observaron fallas en los edificios. El ejemplo más claro fue el de la escuela 125 que en pleno ciclo lectivo debió ser demolida y reconstruida en seis meses. Pero la escuela, después de inaugurada, se inundaba porque el edificio quedó por debajo del nivel de la calle (ver aparte).

Este colegio, ubicado en Bouquet Roldán y Roca de la ciudad de Neuquén, fue la escuela más costosa de este período del sobischismo: el edificio nuevo, con desnivel incluido, tuvo un presupuesto de 5.119.067 pesos.

El proceso licitatorio, que ganó Roque Mocciola, no respondió a los canales habituales, según reconoció Esteves. El funcionario explicó que en el caso de la 125 "a mí me vino un decreto en el que yo debía cumplir con un plan de inversiones y un plazo para ejecutar" (ver aparte).

La relación entre cantidad de obras y monto de los contratos no fue proporcional y varió según se tratara de construcción o de reparaciones.

Roque Mocciola, centrada en la edificación de escuelas nuevas, fue la que obtuvo los contratos más altos, con obras por 15.614.500 pesos.

Okume fue la empresa que más trabajos realizó, con 13 a través de Educación y 2 por Obras Públicas. Los contratos con la empresa fueron por 5.505.340 pesos.

Zahidas S.A. se ubicó en segundo lugar entre las que más trabajos realizaron, con 9 obras (por 8.316.683 pesos), mientras que Almari Construcciones se ubicó en el tercer puesto con 8 trabajos (por 5.059.373 pesos). AP (Alejandro Pierini) Construcciones ganó licitaciones por 2.654.976 pesos, pero también participó en la UTE que construyó de la Escuela de Bellas Artes a fines de 2006 con un costo de 4.118.866 pesos. La empresa quebró en 2008 y actualmente es investigada por la Justicia por una estafa al Banco Provincia de Neuquén por un total de 3.800.000 pesos.

Tranco y Almari, con obras por más de 4 millones de pesos cada una, completan el grupo de las siete empresas que concentraron la obra pública educativa. Luego aparecen, Tappatá y CN Sapag, que tuvieron a cargo otras dos escuelas y elevan la concentración: entre las 9 constructoras obtuvieron contratos por 55.942.999 pesos, es decir, el 66% de todo el presupuesto de obra pública educativa de tres años.

LUCIANO MAGGIO Y LAURA LONCOPÁN BERTI