WASHINGTON (DPA).- Hillary Clinton, Bill Richardson o John Kerry. Mientras el presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, permanecía invisible el fin de semana, los analistas de la televisión local conjeturaban a sus anchas sobre el futuro secretario o secretaria de Estado, el jefe de la diplomacia estadounidense.
Desde círculos próximos a Obama se ha señalado que en sus consultas realizadas hasta la fecha no ha dejado entrever quién es su favorito para el máximo cargo diplomático.
A su vez, se ha dicho que a Hillary Clinton le dio la impresión de que el cargo era suyo si ella lo aceptaba. Pero ¿realmente lo quiere? Los expertos han coincido en señalar este fin de semana que es así. Sin embargo, Clinton comentó hace poco que está a gusto en su actual cargo en el Senado y claro está que desde allí no puede asumir ninguna posición de liderazgo a largo plazo.
Pero no hay que olvidar que sus posibles rivales son fuertes. El ex candidato presidencial demócrata John Kerry, cuyo nombre se baraja desde hace tiempo como secretario de Estado, tiene a sus espaldas 19 años de comisión de política exterior en el Senado.
Bill Richardson, actualmente gobernador de Nuevo México y ex embajador ante la ONU en tiempos de Bill Clinton, es considerado un experto en mediaciones en el escenario internacional. Así, en 1994 consiguió, tras negociar con Pyongyang, que se entregara el cadáver de un soldado estadounidense, quien por error entró en el espacio aéreo norcoreano y fue derribado.
Pero la fuerza de Hillary sigue siendo su "poder de estrella" y, una vez dentro en el gabinete, difícilmente dará un paso en falso. Dándole la Secretaría de Estado a la ex primera dama, Obama podría resarcir a los 18 millones de personas que en las primarias mostraron su apoyo a Hillary y quedaron decepcionadas al comprobar que su candidata no formaba parte de la fórmula presidencial en la vicejefatura del país.