CUTRAL CO (ACC) - En el barrio Pueblo Nuevo, la cooperativa Interior Neuquino construye un plan de 45 viviendas que todavía no están finalizadas pero un intento de usurpación obligó a sus futuros propietarios a instalarse las 24 horas en el predio para cuidar y evitar que la ocupación masiva se concrete. Las familias tienen que convivir con los obreros que siguen trabajando y a la espera de que estén finalizadas para tener acceso a los servicios básicos de energía, gas, agua y red cloacal.
La crisis habitacional en la comarca petrolera no es nueva. Y el sueño de la casa propia para el grupo de 45 familias que se sumaron a la cooperativa en los últimos meses de 2005, se vio entorpecido por un intento de usurpación. La cooperativa tiene 20 años y ya edificó un plan lindero.
El primer llamado de alerta ocurrió el 10 de octubre, cuando ante los fuertes rumores de usurpación se convocó a los 45 adjudicatarios para definir qué hacer. Desde ese entonces, se montaron guardias nocturnas, desde las 22 hasta las 8, en cercanías del obrador y con recorridos por las manzanas. Sin embargo, a fin de mes, la cuestión cambió y a través del titular del fideicomiso, Héctor Javier, junto con los representantes de la empresa, se resolvió entrar desde las 16 hasta el otro día que volvieran los obreros con los recaudos del caso. La Justicia y la Policía estuvieron al tanto de la situación, informados por los propios afectados.
Si bien una manzana estaba muy avanzada, la otra presenta un retraso considerable. A modo de ejemplo faltaban los vidrios, algunas puertas de acceso (que fueron robadas), los pisos, los tanques de agua y los sanitarios. Los vecinos igual pasaron toda la noche allí.
El punto más complicado se dio el primer miércoles de noviembre, en una siesta ventosa, momento aprovechado por tres mujeres con sus niños que cruzaron el cerco perimetral, rompieron vidrios y se instalaron en tres casas. "El hecho de la usurpación en sí fue un momento muy angustiante, era algo que preveíamos y estaba latente y sucedió. Intervino la policía y la colaboración de los vecinos del barrio de enfrente fue fundamental a la hora de avisar que había gente extraña en las casas", recordó Sandra.
"Tal vez piensan que las casas no están adjudicadas pero nosotros hace 3 años que estamos, pagamos los terrenos y los gastos administrativos de la cooperativa", dijo.
Enseguida, Adriana acotó que "aunque fuera un plan que organiza la provincia, como ciudadana, estoy preocupada porque no puede ser que toda la gente crea que naturalmente tiene derecho a acceder a una vivienda, que no le pertenece porque no está inscripta en un plan, sólo por el hecho que no tiene casa y tiene esa necesidad.