NEUQUÉN (AN).- Los médicos del hospital Castro Rendón afirman que la crisis de prestaciones médicas sigue profundizándose, y plantean que el recorte presupuestario que decretó el gobierno en todo el Estado, en el sistema sanitario no haría otra cosa que agravar una situación que esta semana sumó un problema nuevo, ya que la institución de la capital se quedó sin cirujanos vasculares.

En este contexto, el Sindicato de Médicos de la Salud Pública, mantuvo una reunión con el ministro de Salud Daniel Vincent y le solicitó que el achique del gasto no llegue a los centros de salud.

Fuentes oficiales del ministerio dijeron que un decreto firmado por Vincent y su subsecretario, Claudio Ferrón, fue enviado a la ministra de Hacienda Esther Ruiz. El texto instrumentaría la excepción del recorte para Salud.

Los profesionales sostienen que hay unos 80 contratos del hospital que vencen el 20 de noviembre.

Entre ellos hay médicos, enfermeros, técnicos y operativos que posibilitan el funcionamiento de la institución.

El decreto para recortar el gasto, impide la renovación automática de contrataciones, entre otras disposiciones.

"Estamos peor que hace un año. No cambió nada, todo se pone peor. Si aplican el recorte en el hospital, lo van a colocar en una situación de no retorno", dijo César Dell´Alli, titular del sindicato médico.

Ya sin este recorte, en las últimas semanas hubo pésimas noticias para el funcionamiento del Castro Rendón.

Los dos únicos cirujanos cardiovasculares se fueron al sector privado. Su presencia era sustancial para el funcionamiento del servicio de diálisis, que recibe la demanda de toda la provincia, con unos 20 pacientes diarios que se tratan ahí.

Desde que se fueron, los pacientes, a los que se les suelen tapar las fístulas por donde les realizan el tratamiento, están en un riesgo mayor porque no hay especialistas para curarlos.

Para cubrirse, hay médicos no cirujanos del sector que piensan en requerir asesoramiento legal, porque saben que no pueden dar una respuesta completa ante casos de este tipo, para los que puede, llegado el caso, haber solución en el sector privado, aunque a un costo mayor, con una sujeción del sistema público a reglas que fijan las clínicas.

Asimismo continúa el severo faltante de drogas en la farmacia del Castro Rendón, por donde desfilan unos 400 pacientes por día. Esto ha provocado la interrupción de tratamientos.

"Por un lado concientizamos al paciente sobre la importancia del tratamiento que asume, y cuando llega a la farmacia, recibe un desaliento definitivo", dijo Dell´Alli.