Nadie ignora que los canales de riego, en especial el principal, no son sitios aptos para bañarse porque, además, en varias ciudades del Valle se han colocado carteles indicadores que prohíben arrojarse al agua.
Sin embargo llega el calor y los accidentes lamentables como el del adolescente Dennis Leiva se reiteran.
La peligrosidad del canal principal es mayor aún en los tramos en que ha sido cementado, a su paso por las zonas urbanas, pues no hay modo de trepar a la orilla cuando la correntada, un calambre o el susto hacen flaquear las fuerzas de los a veces también modestos nadadores. Las esporádicas escalas tampoco alcanzan a brindar seguridad porque se hallan a mucha distancia entre si.
Padres y autoridades deberían extremar cuidados para que los chicos no se aventuren a lo que augura una desgracia.