NEUQUÉN (AN).- El intendente de esta ciudad Martín Farizano lleva once meses de gestión y acumula un promedio de dos conflictos por semana, entre las huelgas de los empleados municipales y las protestas de otros sectores de la ciudad.

Para Farizano detrás de los numerosos conflictos "hay una intención de algunos sectores de hacer que este gobierno parezca sumido en el caos, cuando en realidad hemos hecho muchas cosas". Y si bien no mencionó a qué sector apunta sus cuestionamientos, aseguró que "hay partidos políticos tradicionales que se sienten amenazados por lo que pueda pasar si un gobierno de coalición como el nuestro es exitoso".

De acuerdo a un relevamiento efectuado por el municipio, de 215 días hábiles de gestión de gobierno un total de 86 (el 40%) estuvieron signados por paros y protestas. De hecho, en once meses de gobierno Farizano sólo tuvo un breve descanso en septiembre, tal vez gracias al beneficio del aniversario de la ciudad.

El primer conflicto de seriedad que Farizano debió encarar se dio a sólo dos días de haber asumido, el 12 de diciembre del año pasado cuando estalló la crisis por la falta de agua por la cual el 6 de enero decenas de vecinos de los barrios Cuenca XV y Toma Norte retuvieron cuatro colectivos urbanos y amenazaron con quemarlos si no se les llevaba agua.

Tras esta crisis en febrero comenzó el conflicto laboral con los subsidiados de la UOCRA, quienes entre marzo y abril tomaron por 24 días el edificio municipal. El mismo día que ese conflicto terminó, los inspectores de tránsito comenzaron un paro que duró semanas y a la vez los choferes de Indalo realizaron un paro sorpresivo.

"Sin lugar a dudas está armado el cronograma de paros, porque lo que quieren es la que gente no vea todo lo que estamos haciendo sino sólo el caos", aseguró Farizano a la vez que advirtió que "hemos hecho mucho por el tema habitacional, por la participación, el arbolado urbano, el bacheo y mucho más".

En mayo comenzó el paro más largo del año con dos meses sin actividad en el área de estacionamiento medido por la falta de sanitarios, huelga que fue acompañada luego por el personal de los Tribunales de Faltas por el recorte en las horas extras y que antecedió una nueva ocupación del edificio municipal a fines de julio por los subsidiados de la UOCRA.

Antes del inicio en octubre de los reclamos de Sitramune, en agosto un paro en Servicios Públicos dejó sin agua a la meseta.

"Por más conflicto que hagan no nos van a parar, vamos a seguir con nuestro plan de gobierno", aseguró Farizano.El intendente de la ciudad destacó que "por esto cambiar la cultura política es uno de los objetivos de nuestro gobierno porque tampoco es una casualidad que los conflictos afecten a las comunas gobernadas por la Concertación".