"La realidad te engaña todo el tiempo. La joda está en sacar la cabeza de la sábana para ver cómo es la historia", piensa Ricardo Coler, a quien le gusta romper con lo establecido no para transgredir sino más bien porque "pensar es lo natural" para el hombre.
"Mi idea es agarrar cuestiones que parecen de una manera y darle la vuelta para demostrar que son de otra", explica el autor de "Eterna juventud" -su tercer y último libro-, donde plantea que la vejez es un enfermedad que puede ser curada. "Vamos a poder vivir 300 ó 400 años -asegura- aunque por ahí no nos toque a nosotros. Pero si ya hay animales de laboratorio que viven el cuádruple". "Eterna juventud" es resultado de una investigación en la cual Coler busca desentrañar el misterio de Vilcabamba: una aldea de Ecuador en la que sus habitantes viven 120 años ignorando a la medicina, bebiendo alcohol, consumiendo sustancias más nocivas que la cocaína y fumando, entre otras tantas costumbres perturbadoras para quienes viven obsesionados con el cuidado del cuerpo.
- ¿Qué piensa la comunidad científica sobre su hipótesis de la vejez?
- Los grandes descubrimientos del siglo XIX fueron los antibióticos; en el XX la enfermedad cardiovascular y el cáncer; y el siglo XXI parece que viene con el asunto de la longevidad. Uno puede pensar a la vejez como una enfermedad como cualquier otra, porque el envejecimiento es un proceso biológico donde intervienen un montón de elementos que actúan y hacen que las células no se reproduzcan o se desorganicen. Todo esto explicado a grandes rasgos. Y no se trata de medicina alternativa. Todo esto es aceptado por la comunidad científica. Ya hay ratas que viven tres o cuatro veces lo esperado; y gusanos que viven cinco veces más de lo previsto.
-Tu teoría generaría grandes cambios a la vida tal cual la concebimos.
- Sí. Hay frases del pasado como "el matrimonio es para toda la vida". Claro, se casaban a los 20 años y vivían hasta los 35 pero el matrimonio duraba 15 años, lo mismo que ahora. "Respetar a los padres" era otra frase. Bueno, vos tenías 17 y tu viejo treinta y pico, la edad que hoy puede tener un amigo tuyo. Era muy raro encontrar un padre anciano. Ni hablar de las enfermedades, que se prolongan tanto tiempo. Antes no había terapia intensiva, ni antibióticos, ni medicamentos. Te morías mucho más rápido.
- Como dice en el libro, "los últimos años son básicamente para sufrir y pasarla mal".
-Vas dejando de ser una persona y te vas convirtiendo nada más en un cuerpo. Lo más cercano a una planta y totalmente dependiente de los demás, porque lo cierto es que hoy por hoy nadie sabe bien qué hacer con sus padres cuando son viejos. Es una etapa de terror porque tenés que encontrarte con el cuerpo de tu viejo muy decrépito. No es lo mismo ser un cuerpo que vive que ser una persona. En la actualidad esas dos cosas se separan mucho. ¿Se justifica estar vivo sufriendo? Después está la eutanasia. En los hospitales se hace todo el tiempo, y es lógico. Si tenés un viejo que se la pasa gritando por un cáncer que no tiene vuelta y le da un paro cardíaco, ¿lo reavivás o no? Son cuestiones tan particulares que tienen que ver con el médico, la familia, el paciente, o el negocio.
-En los últimos años la medicina tomó otro carácter.
-Sí, casi penitenciario, donde vos hacés algo que te gusta, pero lo pagás con la enfermedad. Cometés un exceso y lo pagás con la muerte. Siempre que vas al médico te está sacando cosas, retando, limitando.
-En Vilcabamba, además de la longevidad, ¿qué te llamó la atención?
-Que la gente conserva la dentadura, lee sin anteojos, está en buen estado físico y mantiene el color del pelo, o lo pierde, pero después lo recupera. Supongamos que uno se cuida con la comida, por ahí vas a estar mejor del corazón, pero la vista la vas a perder igual, los dientes se te van a caer y el pelo se te va a volver blanco. Son mecanismos de envejecimiento que no tienen nada que ver uno con el otro. Ellos tienen como detenidos estos mecanismos de envejecimiento.
--¿Por qué ocurre esto?
-Creo que pasa algo especial, aunque no puedo decir exactamente qué. Los tipos no van al médico y parece que se estuvieran burlando: fuman, toman alcohol, se drogan, comen con sal, toman café... Algo local mantiene a su organismo joven. Y no es genético porque los perros viven más, los que se van del lugar pierden la capacidad de vivir más años, y la gente que llega la obtiene.
-En el libro dice: "Prevenir tanto tiene algo de pervertir un poco".
-Sí, pareciera como que el discurso médico y la salud fueran lo más importante. A la gente le importa más la salud. Es como si se estuvieran mirando el ombligo todo el tiempo. Ahora "estar bien" es lo más importante pero en otra época lo importante era "hacer lo que vos querés", o en otro momento "conseguir lo que querías". Es una forma de pensar. Pero andá a pedirle a Einstein que haga bicicleta tres veces por semana; o a Picasso que deje de fumar. No estoy en contra de la salud ni a favor de que la gente se haga daño. Pero tampoco me parece que tenga que ocupar un papel tan central como para tener que estar todo el tiempo pensando en lo que comemos.
-¿La medicina ocupa hoy el lugar que en otro momento ocupaba la Iglesia?
-Sí, creo que en algún lugar esta cuestión del castigo, la culpa y de ese dedo enorme acusador que todo el tiempo te señala qué te hace bien y qué te hace mal... Aparte la relación entre el exceso y el pecado le viene bárbaro. Reemplaza a la Iglesia en la estructura mental. La idea es que darse un gusto es pecaminoso. Es cierto que hay que tener cuidado... A mucha gente le vino bien el SIDA para señalar al sexo como algo problemático o peligroso.
-Otro tema que toca es lo vinculado a la naturaleza.
-Pareciera que todo lo que viene de la naturaleza siempre es bueno. Si comés natural es maravilloso. Todos los productos naturales te van a embellecer, te van a mejorar. Antes de la revolución industrial, antes de la polución, ¿por qué la gente vivía mucho menos que ahora? Pareciera que todo lo que hace el hombre atenta contra el hombre. Hay una idea de que todo lo que viene verde es fantástico y todo lo que hace el hombre es pecado. Cuando en el cine ves a un tipo de clase baja que se encuentra con un chiquito al que no conoce y está solo en una habitación, ¿cuál es la idea que da el cine? ¿qué es lo que da a pensar?
- Que se lo va a violar.
- Claro. Pero te puedo asegurar que si me encuentro con un pibito lo único que me va a interesar es llevarlo con la madre. Pero pareciera que la violación fuera lo más natural del mundo y no es cierto. La verdad es que la inmensa mayoría de los hombres va a tratar de darle una mano al chico, y esto lo relaciono con la actitud y el pensamiento del hombre, que siempre está vista como algo peligroso. Y no es cierto. Lo que el hombre construye no es siempre para dañar. Por supuesto que la idea de la naturaleza es muy humana, porque se piensa en el campo y los arbolitos, y no en un nido de ratas, que también es tan natural como un río limpio.
JUAN IGNACIO PEREYRA
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