CIPOLLETTI (AC).- Fue un domingo como hoy, poco después de las 19, cuando María Emilia, Paula y Verónica salieron a caminar. Una tarde que marcó a Cipolletti y a la provincia para siempre. La inexplicable ausencia, la búsqueda desesperada, el hallazgo dos días después, el dolor, el espanto. A once años de aquella fatídica caminata habrá una radio abierta, una misa y un acto.
"Son once años de este lamentable hecho, once años de impunidad, once años que denunciamos públicamente y repudiamos", dijo Ofelia Mosconi de Villar, mamá de Verónica, que invitó a la comunidad a participar de la radio abierta que, junto a varias organizaciones, harán desde las 18 en la plaza San Martín. "Por la memoria y la verdad", es la consigna.
La familia González organizó otra actividad. A las 20 irán a la iglesia La Sagrada Familia para una misa, mientras que para las 21 convocaron para "un sencillo acto" frente a la imagen que recuerda a las tres estudiantes en la plaza San Martín.
"No es una gran ceremonia pero convocamos a los que nos acompañan a estar allí presentes. Se dirán algunas palabras y se recordará a las chicas", adelantó Ulises González, padre de las hermanas.
"Once años? parece mentira. Once años que dos familias pensábamos vivirlos muy diferente. Han sido muy dolorosos, muy raros, algo que no estaba programado en ninguno de los familiares ni amigos ni tampoco en la comunidad de Cipolletti. El tiempo pasa pero el dolor que llevamos los familiares no se termina", agregó González, quien volvió a cuestionar el accionar de la justicia en el caso.
Ofelia fue mucho más allá. "El encubrimiento político, policial y judicial está latente. Es el emergente de este caso", expresó como lo ha hecho en reiteradas oportunidades. "El hecho no se esclarece por esta complicidad", dijo y opinó que algunos funcionarios de aquélla época no deberían estar ocupando cargos públicos.
Reprochó además que durante 40 días la policía le acercó al juez Pablo Iribarren "lo que le convenía" y que "cuando encontraron a las chicas ya tenían a los presuntos culpables". Esos primeros detenidos quedaron desvinculados. Actualmente, tras un juicio, sólo está con condena firme por el secuestro agravado de las jóvenes, Claudio Kielmasz, un supuesto testigo que terminó convirtiéndose en el principal sospechoso.
María Emilia tenía 24 años y su hermana 17. Aquella tarde salieron a caminar junto con su amiga Verónica Villar, de 22 años. Sus cuerpos aparecieron dos días después bajo unos olivillos, no muy lejos de donde habían dejado el vehículo.