VIEDMA (AV).- "Esto no es mío, chorro". Junto a este mensaje escrito a mano en un trozo de papel fue regresado parte del dinero sustraído en una céntrica panadería viedmense. La llamativa situación sorprendió y direccionó la investigación hacia el mismo lugar afectado.

Todos los indicios conducen a alguien que tenía un gran conocimiento del movimiento interno del negocio: ingresó por una ventana trasera -que estaba atada con un alambre- a la panadería ubicada en pleno centro viedmense, al lado de Tribunales y en la misma cuadra que la Casa de Gobierno, donde las custodias policiales son permanentes, más aún entre las 13.45 y 14, horario que se estima se produjo el robo.

Tras forzar la ventana, el ladrón tomó una llave que estaba sobre una mesa y con ella se dirigió al salón de ventas. De una estantería y del interior de una carpeta fue sustraído un sobre que contenía 7.000 pesos y de una caja metálica otros 1.500.

A las horas, como a las tres de la madrugada del día siguiente, un ruido desde el frente del negocio alertó a un operario que amasaba en la cuadra, quien al asomarse observó que dos personas en una bicicleta playera se alejaban del lugar en dirección a 25 de Mayo y desde ésta hacia el boulevard. Además tirado en piso de la panadería encontró un sobre que a simple vista se observaba que contenía dinero.

Con el antecedente del robo, inmediatamente llamó al propietario del local y a la Policía. Al llegar los efectivos policiales corroboraron la existencia del sobre con 5.887 pesos en su interior y un papel con el llamativo mensaje "esto no es mío, chorro".

Frente a este hallazgo y consultado sobre la interpretación policial, el jefe del distrito policial Viedma, el comisario inspector José Acosta estimó que "tanto el propietario de ese dinero y la gente de la panadería tendrán que ayudarnos a dilucidar este tema, determinar qué significa este mensaje, la devolución del dinero y la retención del resto por parte del autor".

El funcionario admitió que la sospecha sobre la autoría del hecho se direcciona hacia alguien que conoce los movimientos internos de la panadería y no descartó que pueda "ser alguien que podría tener algún tipo de conflicto laboral con el propietario".

Acosta detalló que cualquier delincuente habría ido a la caja del comercio y no se le habría ocurrido buscar directamente una carpeta en una estantería con un sobre con la mayor cantidad de plata. Además destacó que el local tiene alarma pero que el día del hecho no estaba conectada, situación que también llamó la atención de los investigadores.